domingo, 23 de diciembre de 2018

Surtido de mantecados y polvorones


Mañana es día de Nochebuena, y el dulce que os traigo seguro que forma parte de la sobremesa en muchos de vuestros hogares, y me atrevería a decir que en la mayoría de los casos serán comprados, por eso os pongo la receta, porque como lo casero no hay nada, y todavía quedan muchas fiestas por delante..., y sino la guardáis para las del próximo año :)

El origen de los polvorones y mantecados se sitúa según unos en la localidad sevillana de Estepa, y según otros en la localidad malagueña de Antequera. Sea como fuere, en ambas localidades, distantes entre sí unos 50 kilómetros, era frecuente el uso de manteca de cerdo para las elaboraciones reposteras, con el fin de dar salida a las excedencias de este producto que abundaba en la zona debido a los numerosos bosques de encina cuyo fruto, la bellota, servía de alimento a los cerdos. Aparte de las encinas, también el cultivo de trigo era importante en la zona, con lo cual había abundancia de los dos ingredientes principales de polvorones y mantecados: la harina de trigo y la manteca de cerdo.

A diferencia de lo que ocurre con otros dulces típicos de la Navidad como los mazapanes y los turrones, de los cuales existen recetas antiquísimas, en el caso de polvorones y mantecados apenas hay documentos anteriores al s. XIX.

En cuanto a la diferencia entre unos y otros, la principal es que los polvorones incluyen en sus ingredientes una pequeña cantidad de almendra, con lo cual en realidad los polvorones vienen siendo una especialidad de mantecados.

Y después de esta breve introducción, y antes de entrar en materia, comentaros que en  esta ocasión los hice de 4 variedades: de almendra, de canela y ajonjolí, de limón y de chocolate. Para elaborarlos necesitaréis los siguientes

Ingredientes (comunes para las 4 variedades):

-180gr. de harina de trigo
-90gr. de manteca de cerdo
-90gr. de azúcar glas

Para los de almendra
-sustituir 50gr. de harina de trigo por 50gr. de harina de almendra (almendra molida)
-1 puñadito de granillo de almendra (almendra picada)

Para los de chocolate
-añadir 25gr. de chocolate puro en polvo

Para los de limón
-añadir la cáscara de 2 limones (solo la parte amarilla)

Para los de canela y ajonjolí
-añadir 2 cucharaditas de canela molida
- y un puñadito de semillas de ajonjolí (sésamo)

Preparación:

Lo primero que debemos hacer es tostar la harina de trigo, la harina de almendra (almendra molida), el granillo de almendra (almendra picada) y las semillas de ajonjolí, para ello colocamos una sartén antiadherente al fuego, y echamos la harina de trigo (mejor en varias tandas porque es bastante cantidad para echarla toda de golpe), removemos con una cuchara de madera hasta que coja un ligero color tostado. Sacamos a un recipiente, dejamos enfriar y reservamos. 

Hacemos lo mismo con la harina de almendra, el granillo de almendra y las semillas de ajonjolí. 

Dejamos enfriar cada ingrediente por separado y reservamos. Este paso se puede hacer la víspera para aligerar carga de trabajo.

A continuación vamos con la elaboración de los polvorones y mantecados propiamente dicha, empezando por los de limón, para ello echamos en un cuenco 180gr. de harina de trigo tostada que teníamos reservada, 90gr. de manteca de cerdo, 90gr. de azúcar glas (yo he usado azúcar normal que pulvericé en la thermomix 15 segundos / velocidad progresiva 5-7-10), y la ralladura de dos limones (en mi caso añadí a la thermomix sobre el azúcar pulverizado, la piel de los dos limones sin nada de parte blanca, y programé de nuevo 15 segundos /velocidad progresiva 5-7-10, y el contenido resultante lo añadí al cuenco con el resto de ingredientes) 

Mezclamos todo bien con las manos hasta que todos los ingredientes se integren y podamos formar un cilindro sobre la encimera. Envolvemos el cilindro de masa en papel film y lo guardamos en el frigorífico durante al menos 4 horas.

Para hacer los de chocolate procedemos de la misma manera que con los de limón, solo que en vez de ralladura de limón, añadimos al cuenco junto con los 180 gr. de harina, 90gr. de  manteca de cerdo y 90gr. de  azúcar glas, 25gr. de chocolate puro en polvo. Procedemos de la misma manera, es decir, amasamos bien con las manos, hacemos un cilindro y guardamos en la nevera durante 4 horas.

Para los de canela y ajonjolí añadimos al cuenco además de los 180gr. de harina de trigo, 90gr. de manteca de cerdo, 90gr. de azúcar glas, un puñadito de semillas de ajonjolí tostadas y dos cucharaditas de las del café de canela molida. Amasamos de la misma manera, formamos un cilindro y guardamos también en el frigorífico.

Por último para los de almendra, haremos exactamente lo mismo, solo que en este caso a los ingredientes comunes le añadimos un puñadito de almendra picada la cual habíamos tostado anteriormente y añadimos también 50gr. de harina de almendra, la cual restaremos de la harina de trigo, es decir, que en esta receta los ingredientes serían: 130gr. de harina de trigo tostada, 50gr. de harina de almendras tostada, un puñadito de almendras picadas, 90 gr. de azúcar glas y 90 gr. de manteca de cerdo. Amasamos bien, formamos un cilindro y guardamos en el frigorífico 4 horas.

Una vez pasadas las 4 horas reglamentarias, precalentamos el horno a 200º calor arriba y abajo, y mientras se calienta el horno sacamos los cilindros de masa del frigorífico y con un cuchillo vamos cortando discos que colocamos en la bandeja sobre papel de hornear.

A continuación horneamos hasta que veamos que empiezan a dorarse y a resquebrajarse por los laterales y dejamos enfriar sin manipularlos, sino se romperían.


Polvorones de limón y  de almendra  recién salidos del horno


Polvorones de canela con ajonjoli y de chocolate recién salidos del horno


Cuando estén fríos podéis envolverlos en papel seda de colores, que tienen a la venta en cualquier librería, y  listos para guardar en una lata ó caja hermética hasta el momento de servir.

Puede parecer un poco latosa la receta, pero creedme que no lo es, y el resultado merece mucho la pena, además de porque están muy ricos, por la satisfacción de haberlos hecho nosotros mismos..., por no hablar del aroma que impregna toda la casa, aroma a Navidad diría yo...

Y llegados a este punto, en unas fechas tan señaladas, desearos de corazón que disfrutéis mañana de la noche más especial del año, que paséis un buen día de Navidad, y cómo no, que Papá Noel os traiga muchos regalos.

FELIZ NAVIDAD!!! 

jueves, 20 de diciembre de 2018

Langostinos a la plancha


Se acercan las fiestas y seguro que la mayoría ya tenéis el menú decidido, si no es así, aquí va una sugerencia, que a buen seguro estará presente en las mesas navideñas de muchos hogares de nuestro país, pues el marisco en esta época es muy consumido, y los langostinos tienen un precio razonable comparado con otros mariscos, y además se preparan en un abrir y cerrar de ojos, y gustan a casi todos.

Os indico cómo los preparo yo en casa.

Ingredientes:

-Langostinos, gambas o gambones
-Aceite de oliva virgen extra
-Sal gruesa o en escamas
-un manojo pequeño de perejil picado
-2 dientes de ajo
-1 limón

Preparación:

En primer lugar echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra en la plancha o bien en una sartén antiadherente, cuando el aceite esté muy caliente echamos los langostinos. Es importante que el aceite esté bien caliente, para que se brasee la cáscara y que la carne del langostino quede al dente, porque si tiene poca temperatura, aparte de que nos llevará más tiempo, terminarán cocidos por dentro, y eso debemos evitarlo.

Aparte, en un tarro de cristal limpio, echamos medio vaso de aceite de oliva virgen extra, un puñadito de perejil finamente picado y dos ajos también bien picados. Tapamos el tarro con la tapa y batimos enérgicamente para que se mezcle todo bien. (Esta mezcla la podemos hacer con anterioridad, incluso la víspera)

Cuando los langostinos empiecen a dorarse por uno de los lados, añadimos un poco de sal gruesa ( yo prefiero la sal en escamas), damos la vuelta y regamos con una cucharadita de la mezcla del tarro.

Dejamos que se cocinen por  ese lado y cuando estén por ambas partes retiramos a una fuente y servimos acompañados de rodajas de limón para que cada comensal haga uso de él, rociándolos por encima. ( En la foto falta el limón porque lo tenía en una bandejita aparte)

Como veis en una receta de lo más fácil y sencilla, tanto que quien más quien menos los ha preparado en alguna ocasión, y las fiestas que se aproximan son una de esas ocasiones especiales en las que disfrutar de un bocado tan exquisito como éste.

Nos vemos dentro de unos días, de nuevo con una propuesta para estas fechas tan señaladas. ¡Estad atentos! 

Saludos

domingo, 9 de diciembre de 2018

Almendras de Navidad rellenas



Bueno, pues ya con la Navidad en estado ON en nuestra casa, es el momento de ir preparando algunos dulces propios de estas fechas para que luego no nos coja el toro, y en esta ocasión le toca el turno a la almendras rellenas.

Las preparé por primera vez el año pasado, pues una buena amiga me hizo llegar las cascarillas que se necesitan para ello, y que no son fáciles de encontrar a la venta.

Hay una tienda en Avilés (Asturias), que se llama La Colosal, que las vende,  pero solo disponen de tienda física, no tienen tienda online, aun así, tiempo atrás había gente que se ponía en contacto telefónico con ellos y realizaban envíos, pero ahora creo que ya no lo hacen porque no daban abasto. 

Hay otra empresa llamada Obleas Pastor, que sí vende online, a profesionales y creo que también a particulares, de modo que si estáis interesados en adquirir las cascarillas para preparar vosotros mismos en casa estas riquísimas almendras rellenas, os dejo el enlace aquí.

Por último comentaros que la receta que he seguido es la de Belén Deldado del blog El toque de Belén, el cual, a los que no lo conozcáis, os aconsejo que le echéis un vistazo, ya veréis que maravillas salen de su cocina.

Y sin más dilación os detallo lo que necesitáis para elaborar este rico dulce navideño

Ingredientes:

-125gr. de almendras tostadas
-125gr. de avellanas tostadas
-110gr. de azúcar glas
-55gr. de chocolate con leche
-55gr. de chocolate blanco
-100gr. de cascarillas de almendra

Preparación:

En primer lugar picamos las almendras y las avellanas con un robot de cocina, echamos el contenido en un cuenco. Añadimos el azúcar glas y mezclamos bien.

A continuación ponemos un cazo al fuego al baño María y derretimos los dos tipos de chocolate. También podemos hacerlo en el microondas a pequeños intervalos, y removiendo de cada vez, para que no se queme.

Cuando el chocolate esté derretido lo añadimos a la mezcla anterior y con una espátula o con una cuchara se integra bien. Por último con la pasta obtenida vamos rellenando las cascarillas, se junta cada mitad y se aprieta ligeramente. Si sobresale algo del relleno se retira con las manos.

Estas almendras rellenas se conservan sin problema durante un mes, si las guardáis  en un recipiente hermético, o en una bolsa bien sellada, de manera que si las preparáis ahora, para las fiestas estarán incluso más ricas, pues es como si los sabores se asentaran.

Pues como habéis podido comprobar, más fáciles de hacer imposible, así que ánimo y manos a la obra.
Y por hoy termino, el próximo día os traeré una nueva propuesta para la próximas fechas. Hasta entonces, sed muy felices. 

Saludos

viernes, 30 de noviembre de 2018

Detalles para invitados 2018


Como viene siendo habitual últimamente, he tardado más de lo que tenía pensado en publicar contenido en el blog,  y sigo sin devolver las visitas a los blogs amigos, lo cual me hace sentir mal conmigo misma. Afortunadamente nada malo ha pasado en mi vida ni en mi entorno en este tiempo, simplemente los días son tan cortos en esta época del año, y tengo tantas cosas que hacer, que no me llega el tiempo a nada.

Antes tenía un ritmo de publicaciones en el blog que iba manteniendo sin ningún esfuerzo, pero desde que el año pasado me registré en facebook y en intagram (sí..., habéis leído bien, todavía el año pasado..., y casi por obligación!!!) siento que ahora me cuesta mucho mantener el ritmo de las publicaciones, y no es porque haya perdido la ilusión por el blog, todo lo contrario, pero es como si no abarcara todo, y eso me produce una especie de frustración. No quiero darme de baja de las redes sociales, porque eso  supone perder el contacto con mucha gente, tardé en sucumbir a las mismas, pero ahora me pregunto cómo he estado tanto tiempo viviendo de espaldas a ellas... A ver cómo lo voy compaginando todo, ahora que pronto llegan las navidades y el cambio de año, para el 2019 mi principal propósito va a ser mantener la regularidad en las publicaciones y en el contacto con mis colegas. 

En realidad no quiero esperar al próximo año, debo empezar ya a ponerme las pilas, porque se acercan las fiestas y antes hay una serie de recetas que me encantaría compartir con todos vosotros, pero primero, y dado que el blog para mí, además de una ventana al mundo, es también un cuaderno de bitácoras,  deseo dejar constancia en el mismo de los detalles para invitados que preparé para agasajar a los padres de dos niño que se bautizaron en este año 2018.

Uno fue Fabio, el hijo de Noelia y Roberto, que es un familiar lejano nuestro, y con el que tenemos buena relación. Fabio recibió las aguas bautismales el 17 de marzo. En este caso preparé unos saquitos en cuyo interior iban unas galletas y unos bombones. Para envolverlos utilicé papel seda de color banco y celeste.

Así es cómo quedaron.



Más recientemente fue Adan, el hijo de nuestros vecinos Vanesa y Jesús Manuel, el que reunió a sus familiares con motivo de su bautizo. Fue el pasado domingo, 25 de noviembre, y en esta ocasión opté una vez más por botes de mermelada de diferentes sabores (albaricoque, nectarina y ciruela roja) que preparé yo misma este pasado verano. 

Para la presentación utilicé unas bolsitas rígidas y transparentes, para que permitiesen ver el contenido, y las adorné con rafia de color celeste y la correspondiente etiqueta con el nombre del niño y la fecha del bautizo.

Así fue cómo quedaron.




Como siempre os digo, si tenéis algún evento de este tipo a la vista,  y os animáis a preparar vosotros mismos en casa estos detalles para obsequiar a los invitados, espero que la entrada de hoy os pueda servir para sacar ideas. En todo caso se queda aquí guardada para el recuerdo, como las de años anteriores que podéis ver pinchando en los siguientes enlaces:


Para finalizar por hoy, solo me resta desearles a Fabio y a Adan toda la felicidad del mundo, y a sus padres salud y suerte para educarlos y verlos crecer convertidos en personas de bien en la edad adulta. Con ese deseo me despido por hoy.

Dentro de unos días volveré con una receta navideña. Os espero

Feliz fin de semana

domingo, 11 de noviembre de 2018

Tarta de números de crema pastelera y nata


El pasado 10 de julio cumplió 2 añitos mi primita Mariña, una niña preciosa a la que quiero con locura. Para celebrarlo le preparé una tarta cuya receta os muestro hoy.

Es una tarta de números tan de moda últimamente, y muy facilita, no me he complicado mucho. Para la base utilicé un bizcocho genovés, y para el relleno empleé crema pastelera y nata montada.

Os indico ya los ingredientes y el proceso de elaboración.

Ingredientes:

Para el bizcocho (utilicé el molde de Lekué  de números)
-6 huevos
-200gr. de azúcar
-150gr. de harina

Para la crema pastelera
-500ml. de leche entera
-3 yemas de huevo
-125gr. de azúcar
-40gr. de maizena
-1 vaina de vainilla

Para la nata montada
-500ml. de nata de montar con 35,1% M.G.
-150gr. de azúcar
-2 cucharadas soperas de queso mascarphone (opcional)

Para la decoración
-Flores comestibles, lacasitos, guindas en almíbar, etc.

Preparación:

La víspera preparé el bizcocho, para la cual utilicé la thermomix y seguí los siguientes pasos

1-Introducir la mariposa en las cuchillas y añadir al vaso los huevos y el azúcar. Programar  6min./ 37º/ velocidad 3,5
2-Programar de nuevo el mismo tiempo a la misma velocidad sin temperatura
3- Retiramos la mezcla a un bol e incorporamos la harina tamizada con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, para que no pierda aire.

Para hacer el bizcocho por el método tradicional tenéis que separar las yemas de las claras. Añadimos la mitad del azúcar al recipiente de las yemas y batimos hasta que blanqueen y dupliquen el volumen. A las claras le añadimos la otra mitad del azúcar y las batimos a punto de nieve hasta conseguir un merengue firme (sabemos que están en el punto exacto cuando al poner el cuenco boca abajo no cae el contenido)

Seguidamente vamos añadiendo las claras montadas al cuenco de las yemas, en pequeñas cantidades de cada vez, y con movimientos envolventes. Después con una espátula, añadimos poco a poco la harina previamente tamizada, también con movimientos envolventes para que no pierda aire y no baje.

Una vez preparada la mezcla del bizcocho la echamos en un molde engrasado y enharinado, lo llevamos al horno previamente calentado a 180º con calor abajo los primeros 10 minutos, y luego calor arriba y abajo hasta que esté hecho. Después dejamos enfriar, desmoldamos y reservamos.

La víspera también preparé la crema pastelera, para ello reservamos medio vaso de leche, y la restante la colocamos al fuego junto con la vaina de vainilla cortada por la mitad. Cuando levante el hervor retiramos del fuego y dejamos enfriar para que la leche infusione y coja todo el aroma de la vainilla.

Cuando la leche esté fría, la colamos y luego añadimos el azúcar, removemos y la ponemos de nuevo al fuego (si utilizáis el mismo recipiente de antes tenéis que lavarlo para que la leche no se agarre a las paredes al hervir) Mientras a la leche que teníamos reservada le añadimos las yemas bien batidas y la maizena, mezclamos bien y cuando la leche que tenemos al fuego rompa a hervir bajamos la intensidad del fuego, añadimos esta mezcla y esperamos a que espese sin dejar de batir con unas varillas. Cuando haya espesado retiramos del fuego y cubrimos con papel film para que no se cree una costra por arriba. Dejamos que enfríe, la echamos en una manga pastelera con boquilla redonda y la guardamos en el frigorífico hasta el momento de utilizarla.

Por último nos queda montar la nata, para lo cual os aconsejo que le añadáis dos cucharadas soperas de queso mascarpone, porque no altera su sabor y queda mucho más  firme.

Para montarla echamos la nata y el queso (opcional) en un recipiente muy frío (yo lo pongo unos minutos antes en el congelador) y batimos con unas varillas durante un par de minutos, luego añadimos el azúcar glas poco a poco y continuamos batiendo hasta que esté montada. Después la echamos en una manga pastelera con boquilla redonda y reservamos.

El siguiente paso es rellenar el bizcocho, para ello lo cortamos por la mitad, colocamos una de las mitades en una bandeja sobre blonda decorativa y rellenamos con la crema pastelera, cubrimos con la otra mitad del bizcocho, y cubrimos con la nata montada.

Luego por encima para decorar empleé flores comestibles, grageas de chocolate (lacasitos en mi caso), guindas en almíbar rojas y verdes, y cerezas frescas que por aquel entonces todavía quedaban en el mercado y ese día tenía en casa.

Al final creo que quedó muy bonita, ¿vosotros qué opináis? Lo importante es que gustó mucho.

Deciros que en esta ocasión decidí no bañar el bizcocho en almíbar, porque se la llevé por la mañana y era para tomar por la noche, y como la tenían que guardar en el frigorífico por ser verano y además  tanto la crema pastelera como la nata le aportan humedad al bizcocho, quedó en su punto, ni seco ni demasiado húmedo.

Bueno pues antes de terminar y dado que algunos os interesasteis por mi ausencia, deciros que en esta ocasión no ha sido por nada malo, sino por un cúmulo de cosas pero ninguna de importancia: un viaje relámpago a Londres, obras en la finca, a veces la alergia que padezco que me da un mal día, y luego cierta vaguedad debo reconocer que también hubo, pero a ver si retomo el ritmo de una vez por todas que la Navidad ya está a la vuelta de la esquina.

Gracias a todos los que me seguís. Nos vemos pronto, espero... Hasta entonces sed muy felices.

Un saludo.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Smoothie de nectarina, pera y miel



Pese a estar oficialmente  en otoño, en esta zona sigue haciendo buen tiempo, y aunque amanece fresquito, todavía no apetece una taza de leche caliente para el desayuno, en cambio algo más fresquito como un zumo de frutas recién exprimido, o bien un batido como el que os presento hoy, resulta más ligero y nos da la energía suficiente para afrontar la primera mitad del día.

Esta receta la encontré en un libro de cocina que tengo en casa de smoothies y helados. Si lo queréis preparar tenéis que daros prisa o de lo contrario deberá esperar al próximo año, pues entre sus ingredientes lleva nectarinas, y su temporada toca a su fin.

Para prepararlo necesitáis los siguientes ingredientes:

-4 nectarinas
-3 peras
-1 cucharada de miel

Preparación tradicional.

Emplearemos fruta más bien madura porque tiene un sabor más intenso y más aroma. La lavamos bien  la  bajo el grifo para eliminar cualquier impureza o resto de pesticida. Es importante hacer esto a conciencia, pues vamos a utilizar las frutas sin pelar.

Una vez bien limpias, retiramos el hueso de las nectarinas, y a las peras les retiramos el rabito y el corazón, y luego cortamos ambas en trozos.

Seguidamente echamos los trozos de fruta en un recipiente alto, añadimos las dos cucharadas de miel, y con la batidora de cuchillas trituramos muy bien. A continuación servimos en vasos o copas individuales, y listo para consumir.

En los días más  calurosos del  verano lo que hago es guardar la fruta la noche anterior en la nevera, al día siguiente la proceso y preparo el smoothie justo antes de consumirlo, porque así está más fresquito, sienta mejor, y  además recién preparado se aprovechan mejor todos sus nutrientes.

Preparación en thermomix.

-Prácticamente la preparación es idéntica, es decir, que limpiamos y troceamos la fruta del mismo modo, solo que en este caso la echamos en el vaso de la thermomix, añadimos la miel y programamos 1min. / velocidad 8

-Después  la servimos en vasos o copas individuales y listo para consumir.

De un tiempo a esta parte, en concreto desde que a mi madre le diagnosticaron demencia, procuro variarle mucho la dieta para aportarle todos los nutrientes necesarios, pero también para que le resulte atractiva al paladar y no se aburra de comer siempre las mismas cosas, porque si una comida no es de su agrado la ingiere con más dificultad, en cambio cuando está comiendo algo que le gusta, hasta le cambia el semblante y centra toda su atención en la ingesta.

A estas alturas, a mi madre, la comida, junto con la caminata diaria  por la aldea en la que vivimos, y los paseos en coche, son de los pocos placeres que la vida le ofrece.

Su caso no es una excepción, de modo que si por desgracia tenéis en casa algún familiar en circunstancias similares, este batido u otros parecidos con fruta de temporada, les van a encantar, los digieren con facilidad, y le aportan muchos nutrientes.  También para niños, que muchas veces son reacios a comer fruta, así camuflada en un batido es muy probable que la acepten.

Si pincháis aquí podéis ver la receta de otro smoothie que tengo en el blog

Bueno, pues por hoy nada más. Dentro de unos días volveré con una nueva receta.

Gracias a tod@s los que me seguís. Hasta pronto

domingo, 23 de septiembre de 2018

Pimientos de Padrón fritos y tortilla española


Hoy os traigo dos recetas: la tortilla española y los pimientos de Padrón fritos. La razón de ello es porque la preparación de los pimientos fritos no tiene ninguna dificultad, simplemente es lavarlos, secarlos, freírlos, y luego escurrirlos bien del aceite y salarlos, y tan poca “materia” para un post  me parecía demasiado escueto, además estaréis de acuerdo conmigo en que a pesar de que los pimientos de Padrón fritos están riquísimos así sin más,  si van acompañados por ejemplo de una rica tortilla con huevos caseros apetecen todavía más si cabe.

Estos días  las plantas de pimientos que tenemos en la huerta están a pleno rendimiento. Este año tenemos plantas de dos variedades: los de Arnoia (los suelo preparar rellenos como los italianos, podéis ver una receta pinchando aquí, y otra aquí)  y los de Padrón que casi siempre preparo fritos, aunque tenemos tantos que no los damos consumido todos e igual este año me animo por primera vez a preparar una mermelada de pimientos de Padrón que he oído que está riquísima.

También nuestras gallinas han abandonado por fin la huelga que mantenían desde hace meses, y dado que me encanta la tortilla, y  me gusta aprovechar los productos de temporada, el otro día preparé una tortilla de patatas y unos pimientos fritos para acompañarla, y como ni una ni los otros los tenía aun en el blog, aprovecho ahora para subir la receta antes de que se termine la temporada de los pimientos, que ya queda poco, pues suele durar desde mediados de mayo a finales de agosto, solo que si la climatología es favorable como este año, se alarga un poco más.

Antes de ir con la receta propiamente dicha, deciros que los pimientos de Padrón son una variedad de pimientos, no una denominación de origen, de hecho la denominación de origen de estos pimientos es “pimientos de Herbón”, y los que no tienen esa denominación es porque provienen de otros puntos geográficos, por ejemplo los que os traigo hoy, que son de nuestra huerta, pero yo los encuentro igual de ricos.

Ingredientes:

Para la tortilla
-10 huevos (los míos caseros, si no tenéis usad mejor los camperos)
-1 kg. de patatas (la variedad kenebec es la ideal)
-1 cebolla (opcional)
-sal fina
-aceite de oliva

Para los pimientos:
-500gr. pimientos de Padrón
-aceite de oliva
-sal gruesa (yo prefiero sal en escamas, conocida como sal maldon)

Preparación de la tortilla:

En primer lugar pelamos las patatas, las lavamos bien y las cortamos por la mitad longitudinalmente, luego cada mitad la cortamos en rodajas finas y reservamos. La cebolla la cortamos en julina fina y reservamos aparte de las patatas.

Seguidamente ponemos una sartén con fondo antiadherente al fuego, echamos como 1cm. de aceite de oliva, y cuando esté caliente añadimos la cebolla, cuando esté hecha la retiramos a un plato, reservamos y echamos en la misma sartén las patatas cortadas en rodajas, salamos por encima, pasados unos minutos les damos la vuelta y volvemos a añadir un poco de sal, y esperamos hasta que todas las patatas estén hechas pero sin que lleguen a pasarse, porque para que la tortilla quede jugosa por dentro conviene que las patatas no estén muy crujientes.

Mientras las patatas se fríen, batimos los huevos en un cuenco, añadimos la cebolla reservada, y después retiramos las patatas de la sartén  escurriéndoles bien el aceite y las echamos también  en el cuenco junto con los huevos, y la cebolla.  Mezclamos bien y dejamos reposar unos minutos.

A continuación retiramos el aceite sobrante de la sartén, hasta que quede tan solo una fina capa que cubra la superficie, ponemos de nuevo al fuego y echamos la mezcla de huevos, patatas y cebolla, para que cuaje, la dejamos a fuego medio, y cuando notemos que está cuajada por un lado, le damos la vuelta para que se haga por el otro. Si al darle la vuelta vemos que necesita un poco más de aceite, echamos un poco del que retiramos de freír las patatas. 

Cuando la tortilla esté lista por ambos lados, volcamos sobre una fuente y lista para servir a la mesa. Tened cuidado de no dejarla demasiado tiempo al fuego si os gusta como a mí, hecha por fuera y jugosa por dentro, pero con el huevo bien cuajado. Si os pasáis con la cocción os quedará muy seca, y si la dejáis poco tiempo por dentro quedará sin cuajar. Es cuestión de gustos y de irle cogiendo el punto.

Preparación de los pimientos:

Lo primero que debemos hacer es lavarlos bajo el grifo, luego les sacamos el rabo (hay quien no lo hace, y los fríe con el rabito), los secamos y reservamos.

Después ponemos una sartén al fuego con aceite de oliva, cuando esté caliente echamos los pimientos, freímos por ambos lados, después escurrimos bien el aceite, los echamos en una fuente y esparcimos por encima sal gruesa, aunque yo prefiero sal maldon, porque me gusta su textura en el paladar, se deshace enseguida en la boca, y sala lo justo.

No echéis muchos pimientos de una vez, es preferible hacerlos en dos ó más tandas, sino no se hacen todos al mismo tiempo, y os quedarán alguno crudo o bien alguno demasiado pasado.

Los pimientos de Padrón fritos a mí me gustan bastante hechos como podéis apreciar en la foto, no es que en esta ocasión me haya despistado con el fuego, es que me gustan así, peor lo habitual si los pedís en algún establecimiento es que os los presenten menos hechos, cuando aun mantienen el color verde. Todo es  cuestión de gustos, lo mismo que la tortilla, unos la preferimos jugosa pero cuajada, y los hay que les gusta que el huevo se desparrame al cortar la tortilla.

Nada más por esta ocasión, en los próximos días una  nueva receta. Gracias por estar ahí. 

Feliz semana.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Ensalada murciana (Mojete murciano)


El otoño está llamando a la puerta, pero de momento aun estamos en verano, y no solo por la fecha, sino porque la climatología acompaña, hace muy buen tiempo, al menos por esta zona, así que días atrás  preparé una de mis ensaladas favoritas, tanto por el sabor como por lo fácil y rápida que es de preparar.

Es una ensalada típica de la región de Murcia, conocida como “ensalada murciana” ó “mojete murciano”

En mi opinión  esta ensalada tiene dos secretos, uno consiste en dejarla reposar un tiempo antes de consumirla, para que se mezclen bien todos los sabores, y el otro está relacionado con la calidad de los ingredientes.

Como suele ocurrir con todos los platos sencillos como lo es éste, la diferencia la marca la calidad de la materia prima empleada, por lo demás no tiene ninguna dificultad y el éxito es seguro.
Mejor paso a explicároslo...

Ingredientes:

-500gr. de tomate natural pelado en conserva (variedad pera)
-3 huevos
-200gr. de atún en conserva en aceite de oliva
-1 cebolleta tierna
-un puñado de aceitunas negras (preferiblemente variedad cuquillo)
-aceite de oliva virgen para aliñar
-sal

Preparación:

En primer lugar ponemos un cazo con agua al fuego y echamos los tres huevos. Cuando comiencen a hervir esperamos diez minutos, después escurrimos y cubrimos con agua fría del grifo. Cuando enfríen pelamos y reservamos.

Mientras se cuecen los huevos vamos cortando la cebolleta en juliana fina, y a continuación la echamos en un cuenco con agua bien fría. Podemos utilizar cubitos de hielo para enfriarla. Esto se hace para rebajar la acidez de la cebolleta y que esté más crujiente.

Después cogemos una fuente de servir y vamos echando en ella el tomate cortado en trozos, no es necesario hacerlo con un cuchillo, mejor emplear las manos bien limpias.

Seguidamente añadimos el atún desmenuzado, la cebolleta bien escurrida, las aceitunas y dos huevos picados (el tercero lo corté en cuatro trozos y lo reservé para la decoración final como podéis observar en la foto) Por último salamos, removemos bien y regamos por encima con un chorro generoso de aceite de oliva. Después la dejamos reposar en el frigorífico unas dos horas antes de consumir.

Como podéis comprobar, más fácil imposible, y os aseguro  que en uno de esos días de verano de intenso calor, esta ensalada bien fresquita sienta de maravilla. Eso sí, tened a mano una buena hogaza de pan, porque el jugo que suelta el tomate (en mi foto no se aprecia bien, porque utilicé una fuente honda y el jugo quedó en el fondo), invita a mojar pan, precisamente de ahí le viene el nombre de mojete.

Espero que os haya gustado la receta de hoy. Dentro de unos días, más.

Un beso. Sed felices!!!

sábado, 8 de septiembre de 2018

Masa de hojaldre casera


La receta de hoy, la masa de hojaldre, habréis oído que  no es muy adecuado elaborarla en esta época del año, porque necesitaríamos bajas temperaturas y hasta ahora aunque por las noches refresca bastante, sobre todo aquí en el norte, lo cierto es que durante el día hace bastante calor, de todos modos, yo utilizo un truco que me permite elaborar hojaldre casero aunque estemos en plena ola de calor, y hasta la fecha me ha funcionado siempre, y es meterla la masa durante el tiempo de reposo en el congelador en lugar de la nevera. Esto lo hago siempre, pues en verano la temperatura ambiente ya de por sí es alta, y en invierno tenemos el problema de la calefacción, que habría que apagarla durante un par de horas antes de comenzar con el proceso y airear la cocina, así que yo, incluso en pleno invierno, utilizo el congelador en lugar del frigorífico, pues estar sin calefacción cuando hace frío no me apetece nada. Eso sí, al utilizar el congelador acorto un poco el tiempo de reposo, lo cual tiene incluso otra ventaja, y es que se reduce la duración de todo el proceso.

Aclarado lo anterior, y antes de dar paso a la receta en sí misma, solo me resta animaros a preparar el hojaldre en casa, por varios motivos, pero el principal porque su sabor y calidad no tiene punto de comparación con el comprado. Por otra parte, es una receta que está bastante mitificada, conozco personas que se defienden muy bien en la cocina, y en cambio no se atreven con la elaboración del hojaldre, y no hay motivo para ello, tan solo es una receta que se alarga en el tiempo por los períodos de reposo, pero ni siquiera es trabajosa. En definitiva, que si os animáis a prepararla comprobaréis que no tiene mayor misterio, y luego la satisfacción de ver cómo esa masa que elaboraste con tus propias manos, crece y crece en el horno, y posteriormente comprobar las capas que se han creado, es una experiencia única..., yo diría que marca un antes y un después en la vida de cualquier aficionado a la cocina.

La receta que yo utilizo es la de Susana del blog Webosfritos, un blog de referencia donde los haya. La única modificación que hice de la misma es la que os mencioné al principio, que utilizo el congelador y no la nevera para dejar reposar la masa, por lo demás lo hago todo igual, sin cambiar absolutamente nada, de manera que si os surge alguna duda os recomiendo que echéis un vistazo a la receta de Susana pinchando aquí, porque ella explica cada paso con todo detalle y además da una serie de recomendaciones para que el éxito final esté asegurado. Por otra parte yo me olvidé de fotografiar los primeros dos pasos, si bien con las explicaciones espero subsanar ese error, en todo caso Susana tiene todas las fotos y podéis verlas allí.

Bueno, pues sin más dilación vamos con la receta propiamente dicha. Para elaborarla necesitaréis los siguientes ingredientes:

-500gr. de harina de fuerza
-250gr. de agua a temperatura ambiente
-60gr. de mantequilla fundida
-350gr. de mantequilla en un bloque
-12gr. de sal

Preparación:

1º-En primer lugar hacemos un plastón, que es el nombre que recibe la masa que vamos a hojaldrar. Para hacer esa masa colocamos la harina en la encimera, hacemos un hueco en el centro y en él echamos el agua, la sal y la mantequilla fundida. Después con las manos vamos amasando, llevando la harina hacia dentro lentamente hasta formar un bola, pero sin trabajar mucho la masa, tan solo se trata de mezclar todos los ingredientes y formar un bola.

2º- Con un cuchillo bien afilado hacemos un cruz bastante profunda, que llegue aproximadamente hasta la mitad de la bola de masa, tapamos con papel film, y guardamos en el frigorífico entre 1 ó 2 horas.

3º- Sacamos la bola de masa de la nevera y con un rodillo de cocina la extendemos formando una cruz, utilizando para ello como referencia los cortes que realizamos en el paso anterior. A la hora de formar la cruz dejaremos en el centro un poco más de más, que quede más gruesa en esa zona que en el resto.

En esta imagen podéis apreciar un mayor grosor en el centro

4º- A continuación en la zona central, donde la masa tiene mayor espesor, colocamos la mantequilla que habremos sacados 20 minutos antes del frigorífico. La mantequilla la colocamos en bloque, aunque yo para que se adaptara mejor la corté por la mitad, y coloqué una parte al lado de la otra como se ve en la siguiente imagen.



5º-Seguidamente envolvemos la mantequilla con los brazos de la cruz como si fuésemos a cerrar un paquete. Empezamos por el lado izquierdo como se aprecia en la siguiente imagen.


6º- Después el lado derecho


7º- A continuación el lado más alejado de nosotros


8º- Finalmente el lado más próximo a nosotros. Procuramos en cada doblez que hagamos tapar bien la mantequilla para que cuando tengamos hecho el paquete final quede cubierta de masa por todos lados.



9º-Una vez formado el paquete con la mantequilla dentro, con el rodillo de cocina le damos unos golpes secos y luego estiramos la masa hasta formar un rectángulo como se aprecia en la siguiente imagen


10º- A continuación el rectángulo obtenido lo doblamos en tres partes, primero la parte más alejada de nosotros


11º- Después la parte más cercana a nosotros, quedando con ello la abertura en la parte de arriba


12º- Después tal como está la masa la giramos 90º a la derecha, de manera que el cierre que estaba en la parte de arriba pasa a estar a nuestra derecha (a la izquierda de la imagen). En la siguiente fotografía lo podéis apreciar mejor


13º-Seguidamente repetimos los pasos 9, 10 y 11, es decir estiramos formando un rectángulo, y doblamos en tres partes, primero la más lejana a nosotros y luego la más cercana. Con eso obtenemos dos dobleces.  A continuación colocamos esta masa en una fuente, tapamos con papel film, y la llevamos o bien a la nevera durante 30 minutos, o bien en el congelador durante 15 minutos.

14º- Transcurrido el tiempo de reposo repetimos los pasos 9, 10, 11, 12 y 13 y con ello conseguiremos 4 dobleces. Y de nuevo llevamos al frigorífico 30 minutos ó al congelador 15 minutos.

15º-Terminado el tiempo de reposo indicado repetimos una vez más los pasos 9, 10, 11, 12 y 13, de manera que ya habremos logrado las 6 dobleces necesarias, y llegados a este punto ya tenemos nuestra masa de hojaldre hecha. A partir de aquí podemos elaborar con ella un sinfín de recetas, porque si hay una masa versátil en cocina es la masa de hojaldre, se adapta tanto a preparaciones dulces como saladas.

Como habéis podido comprobar es un proceso largo pero nada complicado, si bien es cierto que una vez llegados aquí no es cuando más apetece ponerse a trabajar con ella, pero no os preocupéis, esta masa tiene otra ventaja añadida, y es que se puede congelar sin problema. Yo es lo que hago casi siempre, aprovecho algún día que estoy por casa para hacer cantidad, luego la congelo, y cuando la necesito echo mano de ella. 

Para congelarla lo que hago es estirarla bien con el rodillo hasta darle las dimensiones que considero adecuadas, y luego con un pincel de cocina retiro los restos de harina y posteriormente la enrollo en papel de hornear como la que venden en el supermercado, así cuando la voy a utilizar solo tengo que descongelarla y ya está lista para darle uso sin necesidad de estirarla con el rodillo.

Bueno, pues poco a poco, en futuras entradas, os iré mostrando recetas que emplean hojaldre, ya veréis qué buen aspecto tiene el hojaldre casero. Hablo del aspecto porque el sabor  por desgracia no puedo compartirlo con vosotros, aunque me gustaría, porque de verdad que no tiene color con respecto a las compradas.

Y nada más por esta ocasión, dentro de unos días volveré con una nueva receta. Estad atentos!!!

Un beso