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domingo, 21 de mayo de 2023

Tarta Red Velvet con frutos rojos y frosting de queso

La receta de hoy me hace especial ilusión tenerla en el blog, porque fue la tarta que decidí preparar cuando a principios de este año una amiga me pidió si le hacía una tarta para las bodas de oro de sus padres.

Desde el principio supe que tenía que tratarse de una tarta con la suficiente consistencia y firmeza, pues había que trasladarla al lugar del convite, con lo que eso significa.

Paralelamente una amiga que conocí hace ya unos años en la blogosfera (espero algún día dar el paso del mundo virtual al real, y tomarme un café con ella) coincidió que por esas fechas publicó el video de una tarta Red Velvet. Os hablo de Puri, la autora del blog; willyviajera

Desde el principio que vi el video que subió Puri, supe que esa iba a ser la tarta elegida, porque reunía los requisitos de consistencia y firmeza que necesitaba, y aunque nunca había hecho la tarta Red Velvet (la había probado en un par de ocasiones, pero nunca la había preparado yo), viniendo la receta de Puri, sabía que iba a acertar, como así ha sido.

Un par de semanas antes de las bodas de oro de los padres de mi amiga, coincidió que estaba de cumpleaños el hijo de otra amiga, y también le hice yo la tarta. ¿Adivináis cuál fue la tarta elegida…? Pues sí, ha sido la Tarta Red Velvet, porque aunque de Puri me fio totalmente, quería hacer un ensayo primero, y no había mejor ocasión para ello.

El resultado ha sido del todo satisfactorio, a la gente le encantó, y a mí también me gustó, más que las que recordaba haber comido en su día.

Así que llegados a este punto solo me queda indicaros la lista de ingredientes, y la posterior elaboración, y por supuesto darle las gracias a Puri, y recomendaros que visitéis su blog y os suscribáis a su canal, porque tiene recetas muy variadas, tanto dulces como saladas. Para ver el vídeo de esta tarta que subió Puri, pinchad aquí.

Ingredientes:

Para el bizcocho

-300gr. de harina de repostería
-20gr. de cacao puro en polvo
-1 cucharadita de levadura química Royal
-una pizca de sal
-2 huevos
-300gr. de azúcar
-200ml. de aceite de oliva suave (el mío de Aceites Abril)
-1 cucharadita de pasta de vainilla (en su defecto sustituir por esencia de vainilla)
-butter milk (240gr. de leche entera y 30gr. de zumo de limón)
-colorante en gel rojo
-3 cucharaditas de vinagre de manzana
-1 cucharadita de bicarbonato

Para el frosting de queso:

-200gr. de mantequilla
-300gr. de queso crema (el mío de Quescrem)
-200gr. de azúcar glas
-1 cucharadita de esencia de vainilla
(Opcional)
-6 hojas de gelatina
-40ml. de leche entera

Para el relleno y la decoración

- frosting de queso 
-frutos rojos (fresas, frambuesas y arándanos)

Elaboración:

Comenzaremos preparando el bizcocho, para ello primero preparamos la butter milk añadiendo a un cuenco 240gr. de leche entera y 30gr. de zumo de limón. Removemos con una cuchara y dejamos reposar como mínimo 10 minutos.

En un recipiente aparte mezclamos los ingredientes secos; la harina, el cacao, la levadura en polvo y la sal, y reservamos.

En otro recipiente batimos los 2 huevos con el azúcar hasta que espumen, después le añadimos el aceite y la pasta de vainilla y seguimos batiendo. Reservamos.

Al cuenco donde teníamos la butter milk en reposo le añadimos colorante rojo en gel y mezclamos hasta obtener un color rojo intenso. Dado que el bizcocho en el horno pierde intensidad de color, si le echáis muy poco después no saldrá con el color rojo que estamos buscando. En todo caso si os quedáis cortos con el colorante, no os preocupéis que más adelante tendréis la ocasión de añadirle más.

Continuamos con la elaboración del bizcocho, y ahora le añadiremos al cuenco que contiene los huevos, la butter milk coloreada de rojo, mezclamos un poco y seguidamente vamos añadiendo poco a poco la mezcla de harina, cacao, levadura y sal que teníamos reservada. Cuando esté todo integrado, desleímos en tres cucharaditas de vinagre de manzana, una cucharadita de bicarbonato, y lo añadimos a la mezcla anterior.

Antes de meterlo en el horno, nos fijamos que la masa del bizcocho tenga un intenso color rojo, si no es así le añadimos un poco más y lo integramos hasta tener un tono homogéneo.

Finalmente vertemos la masa en un molde, con papel de hornear en la base, y untado con mantequilla y espolvoreado de harina en los laterales, y lo llevamos al horno precalentado a 180ºC en la parte central del mismo.

En el momento de introducir el bizcocho dentro del horno, bajamos la temperatura del mismo a 160-170ºC lo dejamos cocer de 50 a 60 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, este salga limpio.

Cuando el bizcocho esté listo, lo dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldarlo. Después con un cuchillo cortamos la parte superior para dejarlo plano (esta capa la podéis desmigar con las manos, y aprovechar las migas para la decoración de la tarta).

El bizcocho que nos queda, lo cortamos horizontalmente por la mitad para conseguir dos planchas y reservamos. Si lo hacéis el día anterior como en mi caso, dejadlo dentro de una bolsa de plástico para que no se reseque.

Una vez que tengamos listo el bizcocho tenemos que preparar el frosting de queso, para ello mezclamos en el bol de la batidora la mantequilla a punto pomada (significa que ha de estar a temperatura ambiente y con una textura similar a la de una pomada) y batimos hasta que blanquee. Después añadimos el queso y seguimos batiendo hasta integrarlo, y a continuación incorporamos el azúcar y la vainilla y batimos hasta lograr una crema suave con aspecto sedoso.

En mi caso para evitar problemas con el frosting, y que aguante firme, tengo un truco que he visto por internet (no cito la fuente porque no la recuerdo) y que consiste en añadir 6 hojas de gelatina previamente hidratadas, disueltas en 40ml. de leche caliente, se deja que baje la temperatura de la mezcla hasta que esté tibia, y luego la añadimos al froting, batimos unos minutos hasta que esté todo integrado, y listo para introducirlo en una manga pastelera y decorar con él nuestro pastel.

En este caso para aportarle frescor a esta tarta de por sí deliciosa, pero tal vez un poco empalagosa para los que no les gustan los postres excesivamente dulces, les he añadido al relleno fruta fresca, concretamente frutos rojos, mayormente fresas troceadas, cuyo sabor ácido complementa muy bien los sabores de esta tarta. También le añadí arándonos frescos, estos lógicamente enteros, los cuales al morderlos, la sensación en boca es inigualable. En menor medida le añadí frambuesas, estas solo las utilicé para la decoración de la tarta, en el relleno no las puse.

Respecto a la decoración, mezclé parte del frosting con la fruta para el relleno, luego cubrí los bordes con frosting, y decoré con frutos rojos y flores naturales.

 

La foto de arriba es de la tarta que preparé para el cumpleaños del hijo de mi amiga. Abajo os dejo dos fotos del corte para que veáis cómo queda por dentro.

La primera foto de este post corresponde a la tarta que preparé para las bodas de oro de los padres de mi amiga. Yo quería hacer una tarta redonda de dos pisos, pero ella la prefirió rectangular.

En fin, parece una tarta complicada, sobre todo por la cantidad de ingredientes que lleva, pero os aseguro que no lo es. Es un poco laboriosa, como la mayoría de tartas de este tipo, pero no es nada difícil. 

En cuanto al sabor, aun a sabiendas de que este tipo de tartas no son de mis preferidas, quedé muy contenta con el resultado. También por lo que me contaron, tuvieron mucho éxito entre los invitados, y eso es para mí la mayor recompensa.

Bueno, pues por fin termino por esta ocasión. Dentro de unos días si la alergia me lo permite, volveré con una nueva receta.

¡Os espero! Hasta entonces. Un abrazo.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Brazo de gitano relleno de crema


La receta que os presento hoy, el brazo de gitano relleno de crema, me trae muchos recuerdos de la infancia, porque formaba parte de las sobremesas en casa, los días de fiesta, cuando había invitados.

Por entonces el brazo de gitano lo comprábamos en la panadería del pueblo, entre otras cosas porque en un día de fiesta bastante ajetreo hay de por sí en la cocina, cómo para pararse a preparar un dulce como este, que si bien es muy sencillo, tiene cierta elaboración, aunque la parte buena es que parte del proceso se puede hacer la víspera, o incluso la. Yo es lo que suelo hacer, la antevíspera preparo la crema pastelera, la víspera monto la nata y horneo la plancha de bizcocho, y el propio día solo tengo que montarlo y decorarlo al gusto.

Pero lo mejor es que os pase a explicar la receta. De entrada para un brazo de gitano como el de la foto, que da perfectamente para unas diez raciones generosas, necesitaréis los siguientes

Ingredientes:

Para la plancha de bizcocho

-8 huevos medianos
-125gr. de harina común de todo uso
-125gr. de azúcar
-1 pizca de sal
-1/2 sobre de levadura tipo Royal

Para la crema pastelera

-500gr. de leche entera
-40gr. de maicena
-1 vaina de vainilla
-2 yemas de huevo

Para el decorado

-nata montada o merengue suizo
-azúcar glas
-guindas en almíbar

Preparación:

Empezaremos preparando la crema pastelera, para ello lo primero que haremos es abrir la vaina de vainilla longitudinalmente por la mitad y con la punta de un cuchillo raspar los granos que contiene en su interior, añadir la vaina y los granos a un cazo junto con la leche y ponerla al fuego hasta que empiece a hervir. En ese momento apartamos del fuego y dejamos en infusión hasta que enfríe. Después pasamos por un colador para retirar los restos de vainilla, y medimos 500ml. de leche que es la que necesitamos para esta receta (recalco esto porque la leche al hervir, parte se evapora, de modo que os aconsejo que cuando la pongáis al fuego añadáis un poco más de la necesaria para compensar esa merma)

Seguidamente añadimos las yemas a un cuenco y el azúcar, y batimos bien hasta que blanqueen, después añadimos la leche infusionada y la maicena, batimos bien todo el conjunto hasta conseguir una mezcla homogénea, y ponemos de nuevo a fuego bajo, removiendo constantemente hasta que espese, en ese momento, apagamos el fuego, y cubrimos con papel film para que no haga costra al enfriarse. Reservamos en el frigorífico hasta el momento de utilizarla.

El siguiente paso consiste en preparar la plancha de bizcocho, para ello añadimos a la batidora tipo kichenaid los huevos, el azúcar y una pizca de sal, y batimos por espacio de 10 minutos aproximadamente, hasta que la mezcla doble el volumen inicial.

Seguidamente retiramos el recipiente de los huevos de la máquina, y con un batidor manual de varillas vamos integrando con movimientos envolventes la harina previamente tamizada y la levadura en polvo, procurando que no quede ningún grumo.

A continuación vertemos la mezcla en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado para que no se pegue, y horneamos con el horno precalentado a 180º C, en la parte central del mismo, con calor arriba y abajo.

Cuando esté hecho, retiramos del horno, y cortamos otro trozo de papel sulfurizado del tamaño de la plancha del bizcocho, lo colocamos por encima, y luego lo vamos enrollando en caliente, a la vez que vamos despegando el papel que tenía por abajo.

Guardamos enrollado hasta que enfríe.

Por último rellenamos con la crema pastelera que teníamos reservada, enrollamos de nuevo y espolvoreamos la superficie azúcar glas, después decoramos al gusto con nata montada o bien con merengue suizo y  se termina con unas guindas en almíbar.

Abajo os dejo una foto del corte, ¿no me digáis que no resulta apetecible? Pues animaros a prepararlo, que no es nada difícil, y dejando el bizcocho horneado la víspera y la crema hecha, el trabajo que da es muy llevadero.


Pues con esto me despido por hoy. Espero volver pronto con una nueva receta.

Hasta entonces. Que seáis muy felices.

Un abrazo.

martes, 18 de enero de 2022

Pão de Ló (Bizcocho de huevos portugués)


En el mes de noviembre del año pasado, bajamos un día a Portugal, y allí en una cadena de supermercados local (Pingo Doce) vi unos bizcochos dentro de unas cajas que se llamaban Pão de Ló, e indicaban que estaban hechos en formas de barro.

Trajimos un par, uno para nosotros y otro para regalar, y cuando lo probé me encontré con un sabor diferente a todos los bizcochos que había probado, y una jugosidad increíble, y eso que sus ingredientes eran muy básicos, solo huevos, azúcar y harina.

Tengo que reconocer que hasta ese día no conocía este dulce típico portugués, pero después como me gustó tanto estuve viendo recetas y recopilando información, y vi que la receta original se hornea en unas formas de barro, de modo que como quería hornear esta delicia en casa, y que el sabor y la textura fuera idéntico al que compré en el supermercado portugués, le pedía a los Reyes Magos la forma de barro y también un paquete de hojas del papel con el cual se forra el recipiente, y fueron tan generosos que me trajeron ambas cosas, os muestro las fotos a continuación.


La forma de barro consta de tres piezas, dos idénticas que se utilizan una para la base y la otra para cubrir por encima, y un pequeño recipiente para poner en medio si queremos que el bizcocho tenga agujero en el centro.


De este dulce hay dos versiones, una con menos tiempo de horneado y con el interior semilíquido como si se tratase de un coulant , y otra que es la que os muestro a continuación, con más minutos de horneado y cocido en su interior. En el primer caso es aconsejable no utilizar el utensilio del interior, porque el barro al calentarse ayuda a cocer el bizcocho en el centro y no os saldría líquido.

Yo como os dije, quería un bizcocho cocido en el centro, así que le puse la pieza central para que saliera con el típico agujero en el centro. Después hay que cubrir con un papel especial que se denomina papel barba, y que los portugueses conocen como papel almaço. Aquí en nuestro país no es fácil de encontrar, pero en el país vecino se encuentra con facilidad, y en todo caso hay empresas de allí que lo venden online, igual que las formas de barro, la pena es que cuesta más el trasporte que el contenido.

Al igual que ocurre con muchos dulces portugueses, este tiene un origen conventual. Al parecer la receta del Pão de Ló pertenecía a las monjas del Convento de Coz que se la pasaron a una familia de la localidad de Alfeizerão. Sin embargo también dicen que el origen de este bizcocho, aunque tenga nombre portugués, era preparado en los conventos y monasterios de Castilla.

Al margen de su origen, comentaros que es muy afamado el Pão de Ló de las localidades de Ovar, Alfeizerão y Margaride, y aunque se puede encontrar a la venta en cualquier época del año, es más consumido en Navidad y en Pascua.

Y ya sin más dilación os dejo con la lista de

Ingredientes:

-8 yemas de huevo
-2 huevos enteros
-150gr. de azúcar
-60gr. de harina de repostería
-1 pizca de sal
-1 cucharadita rasa de levadura química (opcional)
-papel barba

Preparación:

Lo primero antes de empezar con la preparación propiamente dicha es precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo, y después ajustar el papel al molde haciendo presión con las manos.

A continuación echamos los huevos, la sal y el azúcar en la batidora y batimos entre 20 y 30 minutos, después tamizamos la harina y la levadura, y la vamos integrando con una espátula con movimientos envolventes de abajo hacia arriba.

Cuando la harina esté integrada, vertemos la mezcla en el molde, sobre el papel, y cubrimos con la otra parte del molde de barro, y lo metemos en el horno, durante unos 35 minutos aproximadamente.

Por último retiramos del horno, dejamos enfriar, y luego lo metemos en una bolsa de plástico donde se conserva perfectamente durante varios días, manteniendo todo el sabor y la jugosidad. Es más, está incluso más rico al día siguiente que el mismo día que se hornea.

Así es cómo ha quedado cuando lo saqué del horno. En las sobremesas con una copita de Oporto está de vicio, y por las mañanas una porción de este bizcocho para acompañar el café resulta también una combinación ideal.


Pues esto ha sido todo por hoy. Esta temporada he estado un poco ausente, en parte por las navidades y luego por la alergia, que llevo una temporada que me está dando la lata más que de costumbre.

Dentro de unos días volveré con una nueva receta. Nos vemos.

Un abrazo y gracias por seguirme.

viernes, 26 de noviembre de 2021

Bica de Castañas


Hacía tiempo que tenía un envase de harina de castañas en la despensa, y le iba tocando la hora de emplearla, porque se acercaba la fecha de caducidad, así que como las castañas son un fruto otoñal, me pareció la ocasión perfecta para preparar algo con ella, y me decanté por una receta muy gallega, la bica de castañas, y así publicarla ahora, antes de que finalice el otoño, y con él, la temporada de las castañas, porque ya está el invierno a la vuelta de la esquina, y se acercan las fiestas navideñas, con lo cual antes de dar paso al turrón, mazapanes, polvorones y demás, os invito a un trocito de esta deliciosa bica.

Las bicas son un bizcocho típico de muchos pueblos gallegos, especialmente de la provincia de Ourense, provincia también con una importante producción de castañas. Las bicas más conocidas son la de Trives que lleva masa fermentada de pan entre sus ingredientes, la de Castro Caldelas, y la bica blanca de Laza que se hace con claras de huevo y nata, pero esas las dejo para otra ocasión, hoy toca la bica de castañas.

La receta se la debo a una buena amiga, muy conocida en la blogosfera, que es precisamente de la provincia de Ourense, en concreto de O Barco de Valdeoarras, una tierra de la que siempre habla con mucho orgullo. Se llama Chus, y su blog, siguiendo a nenalinda, aunque a raíz del covid dejó de publicar en el blog, y esta receta y otras las publica últimamente en instagram, su perfil allí es @chusnenalinda, os animo a que la sigáis, lo mismo que en el blog, donde tiene un montón de recetas y todas muy documentadas.

Os dejo ya con la receta, la cual he seguido fielmente, salvo que yo utilicé manteca cocida de vaca, y Chus utilizó mantequilla, pero como fuera de Galicia la manteca de vaca no es fácil de encontrar, que sepáis que la podéis sustituir por mantequilla.

Ingredientes:

-4 huevos medianos
-150gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-200gr. de panela (azúcar moreno)
-200gr. de nata fresca
-240gr. de harina de castañas
-1 sobre de levadura

Preparación:

En un cuenco batimos la mantequilla con el azúcar durante unos cinco minutos, luego añadimos los huevos uno a uno, sin incorporar el siguiente mientras el anterior no esté integrado.

Después añadimos la nata, batimos unos segundos más, y luego añadimos la levadura y la harina, y batimos solo lo justo hasta obtener una mezcla homogénea.

Por último vertemos la mezcla en un molde rectangular forrado con papel de hornear, y la llevamos al horno, previamente precalentado a 160º, durante aproximadamente 40 minutos, con calor abajo la primera mitad del tiempo, y luego calor arriba y abajo. Eso en todo caso ya lo vais viendo vosotros, porque cada horno es un mundo. Del mismo modo si veis que aún no está hecha por el centro, y se dora mucho por arriba, le ponéis papel albal para evitar que se queme.

Una vez que se haya hecho, la dejamos enfriar sobre una rejilla antes de consumirla. Está más rica al día siguiente que el día que se hace. 
Resulta ideal para tomar en el desayuno, con un taza de café con leche, y también en  la sobremesa, acompañada de un chupito de licor café.

Esta receta, Chus la preparó en la thermomix, pero yo aunque la tengo, preferí utilizar la batidora, de todos modos os dejo los pasos que ella siguió por si queréis utilizar el robot de cocina.

1- Colocar la mariposa en las cuchillas, y añadir al vaso la mantequilla a temperatura ambiente, los huevos y el azúcar, y programar 3 minutos / velocidad 3

2-Añadir la nata, y programar 2 minutos / velocidad 3

3-Retirar la mariposa, y añadir la harina de castañas y la levadura, y programar 10 segundos/ velocidad 6. Si hiciera falta terminar de integrar con la espátula. Después se echa la mezcla en el molde forrado con papel de hornear y se procede del mismo modo que por el método tradicional.

Nada más por hoy, nos vemos en unos días con una nueva receta. Gracias por seguirme. 

Un saludo.

sábado, 12 de octubre de 2019

Bizcocho de Anís y Aceite de Oliva


Sigo sin recuperar la rutina en el blog, en parte porque estoy siendo un poco vaga últimamente, pero también porque llevo una temporada fatal de la alergia, suerte que anuncian lluvias y eso me vendrá bien.

Hace unos días, aprovechando un momento de tregua que me dio la enfermedad, decidí hacer un bizcocho que hacía mucho tiempo que no preparaba, un bizcocho de anís y aceite de oliva.

Sí, no me equivoqué, habéis leído bien, lleva aceite de oliva, pues aunque normalmente cuando se añade aceite a los bizcochos se suele utilizar aceite de girasol para que no le aporte sabor, en este caso el aceite se calienta en el fuego junto con los granos de anís para aromatizarlo, de modo que el sabor que le aporta al bizcocho es muy sutil, apenas lo notaréis, pero le da una esponjosidad y un toque en el paladar muy interesante. Es un ingrediente que si lo añades apenas lo notas, pero si lo cambias por un aceite de semillas, notas que le falta algo al bizcocho.

No creáis que es el único dulce que incluye el aceite de oliva entre sus ingredientes, hay varios, ahora mismo me vienen a la memoria las aceitadas, típicas de la Semana Santa zamorana o las gachas dulces típicas de Jaen que se suelen tomar el Día de Todos los Santos.

El aceite que utilicé para hacer este bizcocho fue un aceite de oliva de la variedad hojiblanca de la empresa gallega Aceites ABRIL. Si os animáis a prepararlo en casa y queréis utilizar el mismo aceite que he empleado yo, esta empresa tiene tienda online, podéis acceder a ella pinchando aquí, o si lo preferís también lo podéis encontrar en Amazon.

Sin más dilación, paso a daros la lista de ingredientes:

-3 huevos
-1 yogur natural (el vaso del yogur vacío se usará como medida)
-3/4 vaso de Aceite ABRIL variedad hojiblanca 
-1 vaso de azúcar
-3 vasos de harina de repostería
-1 sobre de levadura en polvo
-2 cucharadas soperas de anís en grano
-una pizca de sal
-unas gotas de esencia de anís 

Preparación:

La noche anterior ponéis al fuego el aceite en una olla, cuando esté caliente añadís el anís en grano, mezcláis un poco y rápidamente retiráis la olla del fuego para que no se quemen las semillas, y lo dejáis infusionar hasta el día siguiente.

Con el aceite ya frío e infusionado, retiráis las semillas con un colador fino, y reserváis.
Seguidamente en un bol añadís los huevos junto con el azúcar y con un batidor de varillas mezcláis hasta que hayan doblado el volumen y el azúcar se haya disuelto.

Seguidamente añadís la esencia de anís, el aceite de oliva, el yogur natural, y la sal, y seguís batiendo unos minutos más, y a continuación añadís la harina en varias tandas junto con la levadura, mezclando con una espátula con movimientos envolventes.

Por último vertéis la mezcla en un molde previamente untado con mantequilla y espolvoreado con harina para que no se pegue al desmoldarlo (en mi caso utilicé spray desmoldante), y lo introducís en el horno, precalentado a 180º, en la parte central, con calor arriba y abajo, durante aproximadamente 35 minutos.

Si notáis que se quema por la parte de arriba pero al pinchar con un palillo aun no sale limpio, es porque por el centro todavía no está hecho, por lo que para que no se os queme por arriba, lo cubrís con papel de aluminio, y continuáis con la cocción unos minutos más.

Este bizcocho también se puede hacer en la thermomix, queda estupendo y se ahorra mucho trabajo. Para ello los pasos a seguir son los siguientes:

1-Para infusionar el aceite yo no utilizo la thermomix, lo hago de la manera que explico más arriba.
2-Colocamos la mariposa en las cuchillas, añadimos los huevos y el azúcar y programamos: 7 minutos /temperatura 37º / velocidad 3. ½
3- Volvemos a programar 7 minutos/ sin temperatura/ velocidad 3. ½
4-Retiramos la mariposa y añadimos al vaso el aceite, la esencia de anís, el yogur y la sal, y programamos 20 segundos/ velocidad 4
5-Añadimos la harina tamizada y la levadura y programamos 20 segundos/velocidad 5
6-Por último vertemos la mezcla en el molde y procedemos con la cocción de igual manera que por el modo tradicional.

Bueno, pues esto es todo por hoy. La próxima vez volveré, pero no con una receta como es habitual, sino que será un post sobre la IX Xuntanza de Bloggers Gastronómicos Gallegos a la que asistí recientemente, de la que ya os adelanté  algo  por las RR SS, pero que me hace mucha ilusión compartir con más detalle por aquí con tod@s los que me seguís. 

Hasta entonces. Sed muy felices

domingo, 1 de abril de 2018

Cordero Dulce (Osterlamm) y Monas de Pascua 2018


El cordero tiene una especial simbología para cristianos y judíos. Su comportamiento y apariencia le ha convertido en el animal del sacrificio por excelencia. Es sinónimo de mansedumbre, obediencia y dulzura, así como de inocencia y pureza por su color blanco.

En las escrituras del Antiguo Testamento se relata el sacrificio del cordero para celebrar la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.

En el Nuevo Testamento Juan el Bautista se refiere a Jesús como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".
Esta simbología se ha mantenido hasta la actualidad, y tal día como hoy, Domingo de Pascua, el cordero tiene un especial protagonismo en la cocina, incluso en repostería, bien sea en galletas, figuras de chocolate, etc.

Tal día como hoy las pastelerías de muchos países europeos como Alemania, República Checa o Francia lucen en sus escaparates unos pasteles con forma de cordero. Se trata de un bizcocho de mantequilla y aroma de vainilla que tradicionalmente se hace en Pascua y se regala a los niños. Es el equivalente en esos países a nuestras monas de Pascua.

El molde que se utiliza para preparar este bizcocho y darle la forma característica consta de dos piezas de metal con un revestimiento antiadherente y con unos enganches laterales

El molde que yo tengo lo compré en un reciente viaje a Frankfurt, pero en internet lo encontraréis sin dificultad, y sino utilizáis un molde cualquiera que al final lo que importa es el contenido no el continente, jeje...

Además del molde con forma de cordero, compré otro con forma de conejo, otro animal símbolo de estas fechas, por asociarse a la fertilidad, ya que es un animal que se reproduce en abundancia, y representaría la vida nueva que trae la resurrección de Jesucrito.

Os dejo ya la receta, a ver si os gusta.

Ingredientes (para un cordero y un conejo como los de la imagen):

-150gr. de azúcar 
-1 cucharadita de pasta de vainilla 
-3 huevos
-130gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-120gr. de leche
-230gr. de harina de repostería
-1 sobre de levadura Royal
-1 pellizco de sal

Preparación:

Antes de comenzar desmontamos el molde, engrasamos bien con mantequilla las dos piezas y las enharinamos, sacudimos luego para eliminar la harina sobrante y  a continuación lo montamos de nuevo.

Para hacer el bizcocho en esta ocasión he utilizado la thermomix siguiendo estos pasos:

1-Vertemos en el vaso, con la mariposa puesta (durante todo el proceso), la mantequilla y el azúcar y programamos 2 minutos / velocidad 3

2-Bajamos con la espátula los ingredientes, y añadimos  los huevos de uno en uno. Cada vez que añadimos un huevo programamos 50segundos/velocidad 3.

3-Por último incorporamos la sal, la pasta de vainilla (si no tenéis pasta de vainilla, sustituís 20gr. de azúcar, por azúcar vainillado), la leche, la harina y la levadura en polvo, y programamos de nuevo 50segundos / velocidad 3. Finalmente  terminamos de mezclar con la espátula.

Después vertemos la masa en el molde, procurando no llenar más de la mitad ya que luego crece mucho, y metemos en la bandeja del horno precalentado a 180º (usad la bandeja y no la rejilla, por si durante el horneado se cuela algo de masa entra las juntas del molde), y hornear entre 30 y 40 minutos dependiendo del horno, hasta que esté hecho, lo cual comprobaremos pinchando con un palillo y si sale limpio es señal de que está hecho en el interior, de lo contrario continuamos con la cocción unos minutos más.

Si vemos que se dora demasiado por la parte de arriba lo tapamos con papel de aluminio.

Por último cuando esté listo retiramos el molde del horno, esperamos diez minutos antes de desmoldar, y luego retiramos los enganches del molde con cuidado y lo sacamos.

Cuando esté frío le ponemos al cordero y al conejo unas uvas pasas para simular los ojos, y un lazo en el cuello como manda la tradición. También podéis espolvorearle un poco de azúcar glas por encima si lo deseáis.

Y esta ha sido mi propuesta de hoy. A continuación os enseño las Monas de Pascua que hice este año. Si queréis hacerlas  podéis ver una receta pinchando aquí, y pinchando aquí podéis ver otra.


Mona tradiconal de Pascua decorada

Monas de pascua envueltas para regalo

Y por hoy nada más, solo desearos que disfrutéis de este Domingo de Resurrección.

Un abrazo.

sábado, 17 de junio de 2017

Torta de Guitiriz

La receta que os traigo hoy la preparo desde hace mucho tiempo, no con la asiduidad que quisiera, porque no es precisamente light, pero si por mí fuera haría una torta de Guitiriz cada semana. Así se llama la receta de hoy, y no es más que un bizcocho, una “bica” como la llamamos aquí, que tiene la particularidad de que se elabora con harina de maíz, pero harina de maíz amarillo, no la harina blanca precocida que se utiliza para preparar las famosas arepas venezolanas.

Guitiriz es una localidad lucense, limítrofe con la provincia de La Coruña, y pertenece a la comarca de la “Terra Chá”, cuya capital es Villalba, pueblo por el que siento un especial cariño, pues de allí es natural Pablo, mi pareja, y como no podía ser de otro modo, también tiene su dulce típico, el roscón de Villalba, pero ese queda para otra ocasión.

Volviendo a lo que nos ocupa, la torta de Guitiriz tiene incluso su propia leyenda. Al parecer la Virgen pidió cobijo en varias casas del lugar porque llovía incesantemente, y en ninguna accedieron a sus peticiones. Llamaron entonces a la puerta de una casa en la que habitaba una mujer que tenía varios hijos y vivían en la más absoluta pobreza. La mujer les dijo que cobijo sí, pero que no podía darles de comer porque no tenía qué ofrecerles. Entonces la Virgen le pidió que cogiese cenizas del fuego y que amasase una torta con ellas. Al principio la pobre mujer se mostró incrédula, pero ante la insistencia de la Virgen accedió y cocinó una torta con la que alimentó a todos  los de la casa. Aquella misma noche la lluvia caía cada vez con más intensidad, tanta que al final todo el pueblo quedó sumergido bajo las aguas, quedando solo a salvo la casa de aquella humilde y generosa mujer que le había dado cobijo.

En fin, aunque no sea más que una leyenda merece ser contada, ¿no creéis? Lo que es indiscutible es que este bizcocho no deja indiferente al que lo pruebe. La harina de maíz le confiere un sabor muy delicado y una textura un tanto granulosa que resulta muy agradable al paladar. Si a ello le unimos el aroma de la manteca de vaca cocida, y el aroma del anís, el resultado es indescriptible..., hay que probarla para saber de qué hablo.

Para los que no sois de Galicia, os será difícil encontrar la manteca de vaca cocida, y en ese caso podéis clarificar la mantequilla. Yo nunca lo hice, pero en Internet si buscáis información al respecto la encontraréis sin problema. Y sino utilizad mantequilla directamente, no tendrá ese aroma característico a manteca de vaca, pero seguro que la torta está muy rica igualmente.

En cuanto a la harina, como comentaba más arriba, tiene que ser harina amarilla de maíz y no puede estar precocida. La que he usado en esta ocasión es de la marca Adpan y la compré en los supermercados Dia. La cadena de supermercados Gadis de aquí de Galicia también la tiene a la venta.
En otras ocasiones la he comprado allí. En todo caso si tenéis dificultad para conseguirla podéis ir a algún herbolario, que si no la tienen seguro que os la piden. En este caso la harina es fundamental que sea de maíz, es el ingrediente estrella y no se puede sustituir por otro tipo de harina.

Otro apunte antes de dejaros con la receta, es comentaros que lo habitual es prepararla en un molde con agujero central, para que se haga uniformemente por el centro y por los laterales.

Y ahora sí, paso a detallaros la lista de ingredientes y la elaboración paso a paso por si os animáis a preparar la torta de Gutiriz en casa.

Ingredientes:

-8 huevos
-250gr. de manteca cocida de vaca
-180gr. de azúcar
-200gr. de harina amarilla de maíz
-100gr. de harina de trigo con levadura
-ralladura de 1 limón
-1 chupito de anís
-3 gotas de esencia de anís (opcional)

Preparación:

En primer lugar separamos las claras de las yemas y reservamos. Seguidamente con la batidora mezclamos la manteca de vaca a temperatura ambiente con 100gr. de azúcar, hasta conseguir una crema blanquecina. Luego vamos añadiendo las yemas de los huevos una a una, sin añadir la siguiente mientras la anterior no esté totalmente integrada. Cuando hayamos terminado de añadir  las yemas echamos la ralladura de limón, el chupito de anís, y la esencia de anís, y seguimos batiendo unos minutos más para que se mezcle todo. Por último añadimos los dos tipos de harina previamente tamizadas, mezclamos con movimientos envolventes con ayuda de una espátula, y reservamos.

Aparte batimos las claras de los huevos a punto de nieve con 80gr. de azúcar, y las vamos incorporando poco a poco a la mezcla de huevos, harina y manteca, ayudándonos de nuevo de la espátula y con movimientos envolventes.

Ya para finalizar echamos la mezcla en un molde con forma de corona previamente untado y enharinado, espolvoreamos un poco de azúcar por encima para que forme costra (este azúcar no está incluido en la lista de ingredientes) y llevamos al horno previamente calentado,  a unos 200º con calor solo en la parte de abajo, y en la segunda ranura del horno empezando por  abajo, durante aproximadamente 40  minutos.

Antes de sacarlo del horno, pinchamos con un palillo, y si sale limpio es que está hecho, entonces lo retiramos a una rejilla que permita circular el aire por la parte de abajo, y cuando haya enfriado los desmoldamos y servimos en una bandeja con blonda decorativa.

Los que tengáis thermomix también podéis utilizarla para preparar la masa. Para ello debéis seguir los siguientes pasos.

1-Colocamos la mariposa en las cuchillas y vertemos en el vaso las claras de los huevos con  80gr. de azúcar, y programamos 8 minutos (1 por cada clara)/ temperatura 50º / velocidad 3,5.
2-Volvemos a programar de nuevo 8 minutos /velocidad 3,5 pero esta vez sin temperatura.
3-Retiramos el merengue que acabamos de conseguir y lo reservamos.
4-Sin lavar el vaso, y con la mariposa en la cuchilla, añadimos la mantequilla y el azúcar restante (100gr.) y programamos velocidad 3 hasta obtener una mezcla cremosa y blanquecina.
5-En ese momento vamos añadiendo las yemas una a una, sin añadir la siguiente mientras la anterior no esté totalmente incorporada.
6-Un vez añadidas todas las yemas, retiramos la mezcla a un cuenco, y con la ayuda de una espátula, incorporamos  en varias tandas las claras que teníamos montadas, con movimientos envolventes.

A partir de aquí la preparación es la misma que por el método tradicional que os detallo más arriba.

Espero que la receta de hoy haya sido de vuestro agrado. Dentro de unos días nos vemos de nuevo con una propuesta. Os espero 

¡Sed  felices!

sábado, 24 de septiembre de 2016

Bizcocho de naranja con pepitas de chocolate

Últimamente los sábados están siendo los días que subo recetas al blog, pues después de una larga baja laboral he vuelto a reincorporarme al trabajo el pasado día 1 de septiembre, y aunque los primeros días fueron duros, ahora ya he vuelto a coger el ritmo, pero he de reconocer que no es tarea fácil compaginar una jornada de mañana y tarde, con el cuidado de mi madre que sufre demencia y tiene un grado alto de dependencia, y como además soy hija única esa responsabilidad recae toda en mí, (aunque gracias a Dios tengo unas personas muy buenas que me ayudan con su cuidado para que pueda ir a trabajar).

En definitiva, que voy muy justa de tiempo, y el mantener actualizado un blog, dotándolo de contenido, da su trabajo y se necesita tiempo, pero lo cierto es que tanto el cuidar de mi querida madre, como la actividad en el blog, es un trabajo que hago con mucho gusto. Al blog por desgracia no puedo dedicarle todo el tiempo que a mí me hubiera gustado, porque lógicamente hay un orden de prioridades, y por ello solo puedo subir una receta por semana como media, y otra cosa que no puedo hacer y me hubiera gustado, es desarrollar un seguimiento fotográfico del paso a paso, pero trato al menos de esforzarme por explicar bien las recetas, con eso y con la foto final del plato, espero compensar la falta del paso a paso.


El caso es que pese a las dificultades sigo adelante con el blog y espero que por mucho tiempo, porque me aporta un montón de satisfacciones... En fin, después de todo este rollo, paso a hablaros de lo que toca, la receta de hoy, en la cual el paso a paso del que os hablaba tampoco es tan necesario, pues es un bizcocho básico, una variante del archiconocido bizcocho de yogur, pero con el toque de la naranja y el chocolate, una combinación muy afortunada, ¿no creéis?

Vamos con la receta

Ingredientes:

-6 huevos
-2 yogures naturales
-zumo de 2 naranjas
-ralladura de 2 naranjas
-1 cucharadita de esencia de naranja (en su defecto puede no llevar nada o sino también podéis optar por un licor de naranja)
-2 puñados de pepitas de chocolate
.1 vaso de aceite de girasol
-300gr.de azúcar
-500gr. de harina
-1 sobre de levadura Royal
-1 pizca de sal

Preparación:

Echamos en la batidora los huevos, cuando empiecen a espumar vamos añadiendo el azúcar poco a poco, en varias tandas, y seguimos batiendo. Cuando los huevos estén muy bien batidos y hayan doblado el volumen, el azúcar ya se habrá disuelto, y es el momento de ir añadiendo poco a poco el aceite, después añadimos el zumo de las 2 naranjas, la ralladura, y la esencia de naranja, y también una pizca de sal, mezclamos todo bien, y luego incorporamos la harina previamente tamizada y el sobre de levadura en dos ó tres tandas, pero esta vez sin batir demasiado, solo lo necesario para que se mezclen bien todos los ingredientes. Incluso no estaría mal utilizar una espátula e incorporar la harina con movimientos envolventes. Por último añadimos las pepitas y mezclamos un poco.

El siguiente paso consiste en echar la masa del bizcocho en un molde untado con mantequilla y espolvoreado con harina, e introducirlo en el horno previamente calentado a 180º. Yo lo pongo en la parte central del mismo, los primeros 20 minutos con calor solo abajo, y después calor arriba y abajo. 

Es un bizcocho bastante grande, y le lleva su tiempo hacerse. En mi caso una hora aproximadamente, pero eso ya depende de cada horno. Cuando veáis que la parte de arriba está muy doradita pincháis con un palillo y si sale limpio ya estará listo, sino continuáis con la cocción unos minutos más y para que la parte de arriba no se cueza demasiado le ponéis un papel albal para protegerla y ponéis de nuevo calor solo abajo. 

Cuando esté hecho lo dejamos dentro del horno con la puerta abierta durante unos minutos, luego sacamos el molde del horno y lo dejamos sobre una rejilla para que circule el aire por abajo, y cuando esté totalmente frío lo desmoldamos y colocamos en una bandeja sobre blonda decorativa.

Si seguís estos consejos os saldrá un bizcocho estupendo y sobre todo muy rico, ideal tanto para un desayuno como para una merienda.

Un beso

lunes, 25 de enero de 2016

Bizcochón (Roscón Gallego)


No sé de dónde me viene la afición por la cocina, pero de mi familia creo que no, en cambio esta receta de hoy se la debo a un familiar, en concreto a mi tía y madrina.

Me comentaba a veces que en su época se habían pasado muchas necesidades, y que por entonces el pan no lo compraban en las panaderías, sino que las familias horneaban el pan en casa.

Aun recuerdo , siendo yo pequeña, a mi madrina haciendo la hornada en casa. Por entonces ya venía el panadero con el reparto, y en todas las casas le compraban el pan, incluida la de mi madrina, pero ella de vez en cuando, supongo que por nostalgia, hacía una hornada.

Recuerdo salir de aquel horno panes, bizcochos, roscones, empanadas y boronas. Incluso horneaba la tripa del cerdo rellena con una masa dulce que incluía uvas pasas e higos... Años después reformaron la casa y derribaron el horno, ¡qué pena!, ¡cuántos buenos recuerdos guardo de aquella época!

Entonces era muy pequeña y todavía mi interés por la cocina no había despertado, pero luego con el tiempo le pedí a mi madrina la receta de aquellos bizcochos que ella hacía, y que en esta zona le llamamos “bizcochón”, supongo que será por lo grandes que se solían hacer, ya que antaño solo se  preparaban para los días de fiesta cuando venían invitados a casa y uno pequeño no era suficiente, pero normalmente se le conoce como roscón gallego. Pues recuerdo que al preguntarle por la receta mi madrina me dijo: “tantas cucharadas de azúcar y de harina, como huevos emplees”, y os prometo que aunque parezca mentira nunca falla.

Antiguamente casi todo lo hacían a ojo, y las medidas era aproximadas, de todos modos no os preocupéis que os pondré las cantidades exactas, para que si os animáis a hacerlo no tengáis problemas.

Obviamente la entrada de hoy se la dedico a mi madrina, que el próximo viernes, día 29, se cumplirá el tercer aniversario de su fallecimiento. Nuestra relación estuvo llena de altibajos a lo largo del tiempo, porque teníamos caracteres muy diferentes, pero nunca dudé de su cariño igual que yo a ella nunca dejé ni dejaré de quererla.

En nuestro caso se cumplía a la perfección aquello de que “amores reñidos son los más queridos” Desde donde quiera que estés madrina, que sepas que te quiero y te echo mucho de menos.
Os dejo ya con la receta.

Ingredientes (para un bizcochón de docena y media de huevos):

-18 huevos
-250gr. de azúcar
-190gr. de harina floja de repostería
-una pizca de sal

Preparación:

Empezamos por separar las claras de las yemas. A continuación añadimos una pizca de sal a las claras y con las varillas eléctricas batimos hasta que empiecen a espumar. Seguidamente vamos añadiendo el azúcar poco a poco hasta formar un merengue firme y reservamos.

Por otro lado batimos también con las varillas eléctricas las yemas hasta que blanqueen y aumenten de volumen. Después añadimos poco a poco las yemas al merengue y cuando estén bien integradas añadimos a la mezcla la harina, previamente tamizada, en dos o tres tandas, y con una espátula la vamos integrando suavemente y con movimientos envolventes para que la mezcla no pierda aire y no baje de volumen.

Finalmente untamos el molde con mantequilla y espolvoreamos harina para que no se pegue el bizcochón, luego echamos la masa del bizcochón en él, y lo llevamos al horno, que tendremos precalentado a 170º, y lo colocamos en la parte central, con calor solo por la parte de abajo.

Cuando veamos que la superficie está dorada, abrimos el horno e introducimos hasta el fondo un palillo largo de los que se utilizan para hacer brochetas, o en su defecto un cuchillo, y si sale limpio ya estará listo nuestro bizcochón, de lo contrario seguimos con la cocción unos minutos más.

Cuando esté cocido, lo sacamos del horno, y colocamos el molde boca abajo sobre una rejilla (para que permita la circulación de aire). Cuando haya enfriado desmoldamos, espolvoreamos la superficie con azúcar glas, y listo para servir.

Ya veis que es un dulce sencillo y humilde, que solo emplea en su elaboración azúcar, huevos y harina, en cambio está de vicio. Es un bizcocho jugoso y esponjoso, que acompaña muy bien un tazón de leche con chocolate por las mañanas, o un café a media tarde.

También es ideal como sobremesa, acompañado de un buen queso de Arzúa-Ulloa y un buen dulce de membrillo, si es casero mucho mejor.

Nada más por hoy, solo animaros a que lo hagáis, ya veréis qué rico está

Un saludo.