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domingo, 16 de abril de 2023

Paella Valenciana


La receta que os traigo hoy, la paella valenciana, la preparo muchas veces en casa, porque a mi marido y a mí nos encanta, más incluso que la paella de marisco, más popular aquí por el norte.

Trato siempre de ser lo más fiel posible a la receta original, no solo en lo que a ingredientes se refiere, sino en la elaboración de la misma, y el resultado os aseguro que es una exquisitez para el paladar.

No me extraña que los valencianos la defiendan con ahínco, no obstante es el plato insignia de su región, y para muchos la paella es más que una comida, es un sentimiento y una forma de entender la vida, pues la paella siempre la preparan para compartir con la familia o amigos.

La popularidad de la paella traspasó nuestras fronteras, y a día de hoy es quizás el plato más conocido y popular de nuestra gastronomía, tanto es así, que el 9 de noviembre de 2021 fue declarada Bien de Interés Cultural.

Os dejo con la lista de ingredientes y la elaboración de este plato, de origen humilde, tan afamado.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 vasos de arroz bomba (el mío La Fallera)
-12 vasos de agua
-1kg. de pollo troceado
-500gr. de conejo troceado
-500gr. de judías verdes frescas
-100gr. de garrofón (en esta ocasión no se lo puse porque no me quedaba. Cuando lo pongo es siempre congelado, porque aquí en Galicia fresco no lo consigo)
-4 dientes de ajo (opcional)
-2 tomates pera
-1 cucharadita de pimentón dulce (el mío de Productos JAUJA)
-1 ramillete de romero fresco
-100ml. de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-15gr. de sal aproximadamente

Elaboración:

Comenzamos preparando los ingredientes: limpiamos las carnes de conejo y de pollo, retiramos restos de plumas si hubiera, retiramos también algún hueso que pudiera estar astillado por el corte, porque si se desprende puede luego darnos un disgusto.

En cuanto a los tomates y las judías los lavamos bien, y los primeros los rallamos, y las judías les retiramos los extremos y las partimos con las manos en tres trozos cada judía.

Respecto a los restantes ingredientes, tan solo queda pelar los ajos si se opta por añadírselos (la receta original no los lleva) y retirarle el germen central, y preparar una infusión de azafrán para aprovechar todo el aroma y color que este le aporta a la paella, para ello primero aconsejan que se aplasten bien en un mortero las hebras, 7 hebras por persona, y como en este caso la paella es para 4 personas, serían 28 hebras. A continuación hay que añadirle un poquito de agua caliente (40ml.) y dejar infusionar al menos durante 30 minutos.

Os aconsejo que no le añadáis colorante a la paella, porque solo le aporta color, y además un color muy artificial para mi gusto, y encima los colorantes alimentarios no son nada sanos, en cambio el azafrán es un ingrediente totalmente natural, que además de color le aporta un delicioso sabor.

Es cierto que su precio es bastante elevado en relación a su peso, pero realmente se necesita muy poquita cantidad, de manera que su uso en la cocina no es para nada prohibitivo, y además en España tenemos la suerte de contar con el mejor azafrán del mundo, el azafrán de La Mancha.

Por cierto, ¿sabíais que el Azafrán de La Mancha no se vende a granel, ni tampoco se vende molido? Si lo encontráis en esos formatos no es de La Mancha. Para tener la certeza de que se trata del auténtico Azafrán de La Mancha, fijaros que cuente con el sello “Consejo Regulador D.O.P. Azafrán de La Mancha”

Después de estos consejos sobre el uso del azafrán, y ya con todos los ingredientes listos, toca comenzar con la preparación propiamente dicha de la paella, para ello ponemos la paellera al fuego y añadimos el aceite. 

Si la paellera está bien nivelada  sobre el fuego (de lo contrario hay que nivelarla primero), el aceite quedará en el centro de la misma. En los bordes, donde no llega el aceite, distribuimos la sal, y cuando el aceite esté caliente añadimos los trozos de pollo y de conejo, y los doramos bien removiéndolos cada cierto tiempo para que se hagan por todo, al principio solo en el centro de la paellera dónde está el aceite, y después los distribuimos por toda la paellera para que cojan la sal que depositamos en el borde de la misma. Este proceso de dorado de la carne suele durar en torno a 30 minutos.

Cuando la carne tenga un bonito color dorado, la retiramos al borde de la paellera, y en el centro añadimos las judías verdes, y el garrofón. Las verduras las doramos ligeramente y a fuego suave, porque si se hacen en exceso, luego al final perderían su textura llegando incluso a deshacerse.

Cuando las verduras estén, las pasamos también al borde de la paellera, y en el centro añadimos los ajos pasados por un prensaajos, después de un breve instante (para evitar que se quemen), añadimos los tomates rallados.

Al sofreír el tomate, los jugos que soltó la carne y estaban pegados al fondo, se desprenden, por lo que debemos remover bien para que se integren con el tomate.

Pasados unos minutos, veremos que el tomate cambia de color, y en ese momento lo mezclamos con el resto de ingredientes que tenemos en la paellera: la carne de pollo y conejo, y las verduras; y dejamos que se haga todo junto un par de minutos más. Después añadimos la cucharadita de pimentón dulce, y removemos bien para evitar que se queme, lo cual arruinaría el plato por completo, y a continuación añadimos las 12 tazas de agua, y vemos que volumen ocupan en la paella, tomando la medida con un palillo, porque este será el volumen de líquido que se necesita en el momento de añadir el arroz a la paellera, pero como todavía tardaremos en añadirlo, mientras el líquido se evapora en parte, por lo cual una vez tomada la medida del nivel de líquido que necesitaremos más tarde, seguimos añadiendo más agua hasta llenar la paellera.

En ese momento de llenar de agua la paellera, si utilizamos un paellero de gas, es el momento de encender el aro externo (el interno ya lo tendremos encendido desde el principio, obviamente) y si hacemos la paella a leña, repartimos el fuego por toda la superficie.

Dejamos que se cocine a fuego bajo, pero sin dejar de borbotear. Veremos que el caldo se va reduciendo poco a poco, hasta llegar a la referencia que habíamos tomado con el palillo, en ese momento probamos de sal, y debería de tener un sabor ligeramente salado, en todo caso rectificamos de sal si fuera necesario para ajustarlo a nuestro gusto, y añadimos también la infusión de azafrán que teníamos reservada. Mezclamos bien y por último llega el momento de añadir el arroz, repartiéndolo bien por toda la superficie y procurando que no quede ningún grano fuera del caldo, y repartiendo también la carne y las verduras para que quede una proporción igual de arroz, carne y verduras por toda la paella. Después añadimos el ramillete de romero fresco, y dejamos cocer durante 20 minutos, los primeros 5 minutos a fuego fuerte, los siguientes 5 minutos a fuego medio, y los restantes diez minutos finales a fuego bajo.

Una vez pasados los 20 minutos, apagamos el fuego, y dejamos reposar 10 minutos, y por fin, tenemos nuestra paella valenciana lista para disfrutar, y si es con amigos o en familia, y al aire libre ahora que viene el buen tiempo, se disfruta el doble.

Espero que os haya gustado la receta, y respecto a los que sois valencianos, espero que mi versión no levante susceptibilidades, jeje… Yo no soy experta, además tengo excusa porque no soy valenciana, pero al menos no le he puesto chorizo como el chef británico Jaime Oliver a aquella paella que tanto revuelo causó en nuestro país, especialmente en Valencia.

Bueno, pues nos vemos pronto con una nueva receta. Hasta entonces que seáis muy felices.

Un abrazo.

jueves, 16 de marzo de 2023

Fabada Asturiana


Aunque la primavera está a la vuelta de la esquina, aquí hace un tiempo frío y ventoso, y apetecen los platos calentitos de cuchara como el que os presento hoy; una fabada asturiana.

Yo no soy muy fan de las legumbres, hago un esfuerzo por comerlas porque son sanas, pero prefiero las sopas, más ligeras y que le sientan mejor a mi estómago, sin embargo a mi marido le encantan, si por él fuera estaríamos comiendo legumbres casi a diario, sobre todo lentejas, pero como hay que variar las comidas unas veces toca lentejas, otras callos con garbanzos, otras veces potajes con alubias, y en esta ocasión tocó la famosa fabada asturiana.

La receta no tiene demasiada complicación, el éxito radica sobre todo en la calidad de los ingredientes, y en una cocción prolongada a fuego lento.

Os dejo con la lista de

Ingredientes:

-1/2 kg. de alubias
-agua
-2 chorizos
-2 morcillas
-250gr. de panceta curada
-1 trozo de hueso de jamón
-pimentón dulce (el mío de Productos Jauja)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-5 hebras de azafrán (el mío de Azafrán de la Mancha D.O.P)
-sal

Elaboración:

En primer lugar retiramos las alubias que estén rotas o dañadas, después las lavamos bien bajo el grifo para retirar impurezas y suciedad, y las dejamos en un bol a remojo cubiertas de agua fría, durante toda la noche.

Dejamos también en agua el hueso de jamón y la panceta para desalar (yo la panceta no la puse porque ya venía con el punto de sal)

Al día siguiente escurrimos bien las alubias y las echamos en una cazuela más bien baja y ancha. Cubrimos con agua fría hasta dos dedos por encima de las alubias, y ponemos a fuego fuerte hasta que levanten el hervor.

Cuando la cazuela comience a hervir, añadimos la panceta, el hueso de jamón, las morcillas y los chorizos. Los dos últimos ingredientes que queden por la parte de arriba para que no se rompan durante la cocción.

Al principio se irá formando una capa de espuma en la superficie, la cual debemos retirar porque contiene impurezas, y de paso desgrasamos un poco el caldo.

Después de unos 15 minutos hirviendo a fuego tirando a fuerte, añadimos las hebras de azafrán disueltas en un vaso de agua de la cocción, añadimos también la sal (probamos primero para saber la que necesita) y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos cocer por espacio de 2 horas aproximadamente.

Transcurrido ese tiempo probamos la fabada para ver si ya está hecha, y de paso rectificamos de sal si fuera necesario. Cuando esté retiramos las carnes a una fuente, cortando las morcillas y los chorizos por la mitad, la panceta y la carne del jamón en trozos más bien grandes. Reservamos.

A parte en una sartén echamos un poquito de aceite de oliva, doramos en él 3 dientes de ajo laminados. Cuando el ajo esté ligeramente dorado, retiramos la sartén del fuego y añadimos una cucharadita colmada de pimentón dulce, mezclamos bien y añadimos este sofrito a la fabada. Con una cuchara de madera removemos suavemente para mezclar bien, y a continuación emplatamos, colocando un cucharón de alubias en un plato hondo, y encima parte de los embutidos y las carnes.

Muchos no le hacen este sofrito, pero realmente le da un sabor impresionante. Si no os gusta encontraros con el ajo, en lugar de laminarlos, los cortáis por la mitad retirándole el germen central, luego los doráis, y cuando estén dorados añadís el pimentón, y antes de echar el sofrito en la cazuela, retiráis los ajos, así queda su sabor en el guiso, pero no los encontráis en la boca.

Y con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un saludo.

viernes, 20 de enero de 2023

Empanada de pollo y champiñones


En la anterior entrada, os comenté que había asado unas manzanas en el horno de leña, con el calor residual que quedó después de preparar un asado de pollo (podéis ver la receta pinchando aquí)

Pues bien, como solo somos dos personas en casa, mi marido y yo, un pollo entero es mucho y siempre sobra bastante, pero eso no es un problema, porque las sobras siempre acabo reciclándolas, bien sea en croquetas, en una ensalada, o como en este caso, en una empanada de pollo y champiñones, que os aseguro que está de vicio.

Os dejo ya con la lista de ingredientes y su elaboración, veréis que fácil es.

Ingredientes:

Para la masa

-300ml de agua
-450gr de harina de fuerza (la mía Harina Tradicional Zamorana)
-25gr de levadura fresca de panadería ó 9gr de levadura de panadería deshidratada
-1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-2 cucharaditas pequeñas de sal

Para el relleno

-6 cebollas
-400gr. de champiñones limpios y laminados
-sobras de pollo asado
-pimientos en conserva (los míos en esta ocasión eran caseros)
-aceite de oliva virgen extra (el mío de Aceites Abril)
-1 pizca de sal
-1 cucharada de pimentón dulce (el mío de Jauja)
-1/2 vasito de vino blanco (opcional)

Preparación:

Echamos en la cubeta de la panificadora el agua, el aceite de oliva, la sal, la harina tamizada y la levadura, por ese orden, y luego iniciamos el programa de amasado con fase posterior de levado que en mi panificadora es el número 7 y tiene una duración de 1 hora 30 minutos.

Mientras la panificadora prepara la masa, nosotros aprovechamos para elaborar el relleno, y para ello ponemos una sartén antiadherente al fuego y cubrimos la base de la misma con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos las cebollas cortadas en juliana fina, y salamos ligeramente.

Dejamos que se rehogue a fuego suave durante unos 20 minutos.
 

Después añadimos los champiñones limpios y cortados en láminas finas. Cuando levanten el hervor, añadimos medio vaso de vino blanco (esto es opcional).

Dejamos que se hagan a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que se evapore todo el líquido que sueltan. En ese momento retiramos la sartén del fuego, para que el aceite pierda algo de calor, y añadimos el pimentón, removemos bien y dejamos reposar hasta que la masa esté lista.
 

Cuando la panificadora haya terminado retiramos la masa de la cubeta, la colocamos sobre una superficie enharinada y desgasificamos ligeramente, y la dividimos en dos partes casi iguales, solo una un poquito más grande que la otra. Cogemos la parte más grande y con ayuda de un rodillo la extendemos finamente, la colocamos en la base de una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.

Aparte, a los champiñones y la cebolla que teníamos en la sartén, les escurrimos el aceite, y le añadimos los restos de pollo desmenuzados y mezclamos bien. Después con esa mezcla rellenamos la empanada.

 

Por encima repartimos unos pimientos en conserva.
 

A continuación tapamos con la masa restante que habremos estirado previamente con el rodillo. Hacemos un agujero en el centro para que respire en el horno.

Después pincelamos con el aceite con pimentón que quedó en la sartén donde habíamos sofrito la cebolla y los champiñones.
 

Por último la llevamos al horno, en el mío en la cuarta ranura empezando por abajo, justo en la parte central, a 180º los primeros 15 minutos con fuego abajo, y luego 10 minutos más con fuego arriba y abajo, y los últimos 5 minutos solo fuego arriba para que coja un bonito color dorado. A lo mejor en vuestro horno puede tardar más o menos, eso ya lo vais viendo.

Cuando esté hecha la retiramos del horno y la colocamos sobre una rejilla hasta que enfríe.

Espero que os haya gustado. Hasta la próxima.

Un abrazo.

domingo, 22 de mayo de 2022

Cachopo de Ternera (Receta asturiana)


En el plano gastronómico asociamos a Asturias con la fabada, la sidra, el arroz con leche…, y por supuesto con el cachopo. Allí os servirán los más grandes, por lo que pidiendo uno, pueden comer varias personas, pero no hace falta viajar a Asturias para degustar un buen cachopo, pues en casa podemos hacer unos ricos cachopos para la familia, que poniendo cuidado en elegir bien los ingredientes, nada tendrán que envidiarle a los asturianos, salvo el tamaño, muy probablemente, pero eso tampoco es ningún problema, en lugar de hacer uno muy grande, podemos hacer dos más pequeños y asunto resuelto.

La receta de cachopo clásico es la que os traigo hoy, y consiste en dos filetes de ternera, rellenos de jamón curado y queso, y luego rebozados en harina, huevo y pan rallado, y posteriormente fritos en aceite.

Como veis es una receta que no tiene mayor misterio ni complicación, lo importante es la calidad de los ingredientes y por supuesto un acompañamiento adecuado, para lograr un plato completo y exquisito.

Os dejo ya con la lista de

Ingredientes (para 2 personas):

-2 filetes de ternera
-4 lonchas finitas de jamón ibérico
-4 lonchas finitas de queso
-harina y pan rallado para rebozar
-2 huevos
-aceite de oliva virgen extra suave para freír
-pimientos del piquillo asados
-2 dientes de ajo
-ensalada básica de lechuga, tomate y cebolla para acompañar
-2 patatas grandes
-sal

Preparación:

Comenzamos cortando los filetes de ternera por la mitad. A continuación con un mazo de cocina los aplastamos un poco, salamos ligeramente (no conviene pasarse, porque el jamón ya le aporta algo de sal), y luego formamos el cachopo, para ello colocamos una mitad del filete en un plato, encima de este colocamos una loncha de jamón ibérico, a continuación las dos lonchas de queso, después otra loncha de jamón y finalmente la otra mitad del filete de ternera. Hacemos lo mismo con el otro filete de ternera y las restantes lonchas de jamón y queso. Reservamos.

Después colocamos en un plato el pan rallado, en otro la harina, y en otro los dos huevos batidos. Reservamos todo.

Pelamos las patatas, las cortamos en bastoncitos, y reservamos.

En una sartén echamos aceite de oliva hasta cubrir la base, y cuando esté caliente freímos las patatas. Si son muchas para hacerlas todas de una vez, las hacemos en dos tandas. Cuando estén doradas las retiramos a un plato y salamos.

En el mismo aceite donde hemos frito las patatas añadimos unos pimientos del piquillo en conserva y un par de ajos pelados y cortados por la mitad, desechando el germen central. Cuando los ajos empiecen a dorarse los retiramos (ya no los necesitaremos) y sacamos los pimientos a un plato. Reservamos.

Por último rebozamos por ambos lados uno de los cachopos pasándolo por harina, después por huevo batido, y finalmente por pan rallado, y freímos en la sartén, unos 2 ó 3 minutos por cada lado, a fuego medio-bajo. Cuando esté hecho lo pasamos a un plato sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite, y procedemos del mismo modo con el otro cachopo.

Y ya solo nos queda servir a la mesa los cachopos, acompañados de los pimientos, las patatas fritas, y una ensalada de lechuga, tomates y cebolla preparada en el último momento.

Abajo podéis ver una foto del corte. No me digáis que no tiene buena pinta, con el queso fundido en el centro, y ese rebozado tan rico en el exterior.


Pues esto ha sido todo por hoy. Nos vemos pronto con una nueva receta.

Un abrazo.

martes, 29 de marzo de 2022

Manitas de cerdo con berzas (Festa da Uña de San Lázaro)

 

El quinto domingo de cuaresma, conocido también como Domingo de Pasión, se celebra la festividad de San Lázaro, y en Santiago de Compostela, la iglesia de San Lázaro se encuentra a la entrada de la ciudad sobre el camino francés. Allí los vecinos del barrio y aledaños, así como otros venidos de lejos, celebran ese día la festividad de su patrono honrando al santo con misas y procesión, a la que se une la subasta de las uñas de cerdo así como otras partes del cerdo, que se le ofrecen al santo siguiendo una antiquísima tradición.

Como en toda romería gallega no faltan los puestos con rosquillas, empanadas, churros y garrapiñadas en las inmediaciones del templo, y por supuesto tampoco falta la música para amenizar la jornada.  

En el aspecto gastronómico, por esas fechas en los locales de hostelería de la zona, las uñas de cerdo con berzas, chorizo y patatas son el plato estrella, tanto es así que le dedican una fiesta, la conocida como “Festa da Uña” que este año tiene lugar de los días 1 al 3 de abril.

Las uñas de cerdo, más conocidas como manitas de cerdo, tienen una textura gelatinosa que me encanta, y hace unas semanas cuando fui hacer la compra, vi unas que me gustaron y las traje con la idea de hacer este delicioso plato, el cual hoy comparto con vosotros, aprovechando que el próximo fin de semana en Santiago se celebra la “Festa da Uña”.

Ingredientes (para 4 personas):

-4 uñas partidas por la mitad
-4 chorizos
-un buen manojo de berzas tiernas (las hojas pequeñas del centro)
-1kg. de patatas
-aceite de oliva virgen extra
-pimentón dulce
-4 dientes de ajo

Preparación:

La noche anterior dejamos las uñas a desalar. Al día siguiente miramos por si tuvieran restos de pelitos, algo que ocurre con frecuencia, y personalmente a mí me da mucho repelús encontrarme eso en el plato, por lo que os aconsejo que utilicéis una cuchilla de las de afeitar, sin usar por supuesto, y que retiréis todo resto de pelos que pudieran tener. También podéis usar para esta tarea un soplete de cocina.

Después las lavamos bien bajo el grifo del agua fría y las echamos en una olla grande, cubrimos con abundante agua y dejamos cocer durante unas tres horas a fuego medio. Transcurrido ese tiempo miramos si están cocidas, y de no estarlo continuamos con la cocción hasta que al pincharlas con un tenedor se note la carne blandita. En ese momento las retiramos a una fuente y reservamos.

A continuación probamos de sal el agua donde se han cocido las manitas, y añadimos más si fuera necesario, después añadimos las berzas bien lavadas y enteras y los chorizos, y dejamos cocinar durante unos 30 minutos.

Mientras la verdura y los chorizos se van cociendo, pelamos las patatas, las cortamos por la mitad, y las añadimos a la olla. Aprovechamos para mirar los chorizos, y si están cocidos los retiramos, sino dejamos que se sigan cociendo con las patatas y la verdura.

Entretanto aprovechamos para retirar los huesos (al menos los más grandes) de las manitas de cerdo, y después las devolvemos a la olla para que cuezan de nuevo unos cinco o diez minutos con todo el conjunto.

Mientras,  cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, cuando esté caliente añadimos los ajos laminados, y cuando empiecen a dorarse retiramos del fuego y añadimos el pimentón, removemos y reservamos fuera del fuego.

Por últimos solo nos queda emplatar, para ello servimos un ó dos patatas por comensal, un chorizo, una manita de cerdo y un poco de verdura, y echamos por encima un poco de la ajada de la sartén.

Como podéis observar es una receta que lleva su tiempo, pero no tiene la más mínima complicación, y si os gustan las manitas de cerdo, este plato os va a encantar seguro, así que os animo a que lo preparéis en casa.

Termino por hoy. Nos vemos en unos días.

Un abrazo.

domingo, 6 de marzo de 2022

Ropa Vieja


Después de unos días ausente coincidiendo con el carnaval, vuelvo con una nueva receta que es continuación de la última que publiqué, el cocido, porque el ingrediente principal de la receta de hoy es precisamente las sobras del cocido.

El nombre de la receta ya nos pone en preaviso, porque se conoce como “ropa vieja”, pero que el nombre no os lleva a engaño, no creáis que se trata de un plato de segunda categoría, al contrario, a mí me gusta incluso más que el propio cocido.

Como decía un amigo hace unos días en las RR SS, hay un cocido por civilización, por país, por región y por casa, y con la “ropa vieja” ocurre lo mismo, de modo que la receta que yo os muestro es la que más se adapta a nuestros gustos. Espero que sea también de vuestro agrado.

Ingredientes:

-Restos del cocido (patatas, verdura, legumbres, carnes y embutidos)
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cebolla
-3 dientes de ajo
-1 cucharadita de pimentón dulce

Preparación:

Lo primero es deshuesar y desmenuzar las carnes sobrantes del cocido y los embutidos, y mezclar con la verdura, los garbanzos y las patatas.

A continuación ponemos un sartén al fuego y añadimos un poco de aceite de oliva con que apenas cubra el fondo de la misma. Cuando el aceite esté caliente añadimos la cebolla picada, y rehogamos a fuego bajo hasta que adquiera un color transparente, seguidamente añadimos los ajos picados, dejamos un par de minutos más hasta que empiecen a dorarse. En ese momento, retiramos la sartén del fuego, esperamos a que baje un poco la temperatura del aceite, añadimos el pimentón y mezclamos bien.

Después volvemos a poner la sartén en el fuego y añadimos los restos del cocido, mezclamos y dejamos al fuego removiendo de vez en cuando hasta que se caliente todo el contenido de la sartén de manera uniforme, y acto seguido a servir y a disfrutar de un plato sencillo, económico y lo mejor de todo, muy rico.

Con esto termino por hoy. Nos vemos pronto.

Un abrazo.

jueves, 24 de febrero de 2022

Cocido de mi madre


En Galicia ya desde comienzos de otoño empieza la temporada de cocidos, y los locales de hostelería ofrecen en sus cartas este plato tan completo, pero la época álgida de los cocidos es sin duda en Carnavales, así que aprovecho estas fechas para publicar la receta del cocido.

En ningún hogar gallego falta a lo largo del invierno un cocido, en cada casa lo hacen a su gusto, aportándole así su sello particular, por eso yo a esta receta la llamo “Cocido de mi madre”, porque es cómo lo preparaba ella siempre en casa, solo con el añadido de los garbanzos, que mi madre no los ponía porque ya bastante contundente es el cocido, pero como a mi marido le gustan ahora se los añado. Lo que no falta nunca es la carne salada de cerdo, los embutidos (en mi zona chorizos, y en menor medida botelos o androllas), las patatas, y la verdura (grelos o repollo)

Cuando teníamos invitados en casa, generalmente utilizábamos repollo en lugar de grelos porque estos no le gustan a todo el mundo, y ese día, desde primera hora de la mañana mi madre ponía al fuego la olla más grande que había en casa, y le añadía las carnes y los embutidos, luego a medida que estaban hechos, los iba retirando a una fuente, y finalmente cocía la verdura y las patatas, ¡qué recuerdos…! Desgraciadamente estas escenas tan cotidianas nos las valoramos lo suficiente, y luego con el tiempo las añoramos, es lo que me pasa a mí, y por eso esta receta se la dedico a mi adorada madre. ¡Te quiero mamá, eternamente te quiero…!

Os detallo los ingredientes que utilicé para hacer este cocido, son los siguientes:

-1/2 cabeza de cerdo salada con oreja incluida
-1 trozo de costilla de cerdo salada
-4 trozos de gallina
-1 hueso de ternera
-2 repollos medianos
-4 chorizos
-250gr. de garbanzos
-fideos finos (opcional para preparar la sopa de cocido)

Preparación:

El día anterior ponemos los garbanzos en remojo, y la carne a desalar en una olla grande cubierta con agua.

Al día siguiente retiramos el agua de la carne, cubrimos con abundante agua fría del grifo, y añadimos las carnes de cerdo, la de gallina, el hueso de ternera, los chorizos y ponemos a fuego alto.

Cuando la olla comience a hervir, añadimos los garbanzos escurridos, colocados dentro de una bolsa de red especial para cocer legumbres y evitar con ello que se desperdiguen por toda la olla y sean así más fáciles de retirar cuando estén cocidos. Cuando la olla vuelva a hervir bajamos el fuego, y dejamos que se vaya cociendo todo, alrededor de unas dos horas y media o tres horas.

En este tiempo iremos retirando las carnes según vayan estando cocidas, primero los chorizos, y después la costilla de cerdo. La carne de gallina, si es de un animal joven también se hará pronto, y al revés, cuanta más edad tenga la gallina más tiempo tardará en estar cocida, aunque esto último es preferible porque le da más sabor al caldo.

En unos 90 minutos estarán listos los garbanzos, y los retiramos también, en ese momento aprovechamos para comprobar cómo está la cabeza de cerdo que es lo que más tarda en cocerse. Lo más probable es que todavía no esté bien hecha, por lo tanto continuamos con la cocción entre 30 y 60 minutos más, dependiendo del tamaño de la pieza.

Cuando toda la carne esté cocida, reservamos y probamos de sal el caldo resultante rectificando si fuera necesario, después apartamos para otra olla pequeña una parte de ese caldo obtenido, y luego le añadimos unos fideos finos para preparar la sopa de cocido. En esta ocasión yo no lo hice, pero lo recomiendo porque esa sopa está exquisita y es muy reconfortante sobre todo en un día de frío invierno.

En la olla principal añadimos el repollo limpio y dejamos que hierva en torno a unos 20 minutos, después añadimos las patatas peladas y cortadas por la mitad (siempre lo hago porque alguna a veces está mala por dentro), y dejamos cocer hasta que las patatas y la verdura estén cocidas.

Por último en una fuente colocamos la carne troceada y los chorizos, y en otra los garbanzos, el repollo y las patatas, y listo por fin para servir a la mesa y disfrutar en familia.

Con el cocido las cantidades de los ingredientes van un poco a ojo, pero es mejor pecar por exceso que por defecto, porque después lo que sobre se puede reciclar de muchas maneras, por ejemplo en unas croquetas cuya receta podéis ver pinchando aquí, en una empanada o en "ropa vieja” que es lo que voy a preparar yo en esta ocasión con lo que me ha sobrado, y luego más adelante subiré la receta al blog para compartirla con vosotros.

Espero que os haya gustado la receta. A mí me ha servido para rememorar momentos maravillosos, y para rendirle un homenaje a mi madre que tantas veces preparó este cocido en casa.

Nos vemos dentro de unos días. Disfrutad del Carnaval.

Un beso.

miércoles, 26 de enero de 2022

Patatas a la Riojana


El plato que os traigo hoy, hacía mucho tiempo que no lo preparaba, y no porque no nos guste en casa, al contrario, nos encanta, pero sin saber muy bien por qué últimamente no lo preparé, sin embargo el otro día, tenía el frigorífico a mínimos, solo había un par de chorizos y poco más.

Como las patatas, las cebollas y los ajos, los tengo siempre porque son de cosecha propia, pues ese día casi no había más alternativa que preparar este plato sí o sí, y como no tenía la receta publicada en el blog, le hice una foto, y hoy la comparto con vosotros, así que os dejo con la lista de ingredientes y su posterior desarrollo.  

Ingredientes:

-1kg. de patatas
-2 chorizos
-1 cebolla
-4 dientes de ajo
-1 hoja de laurel
-una cucharadita de pimiento choricero
-una pizca de pimentón dulce
-sal
-agua
-aceite de oliva

Preparación:

En primer ponemos una olla al fuego con un poco de aceite de oliva, no demasiado, porque luego el chorizo ya le aporta grasa, simplemente que cubra apenas el fondo de la olla.

Picamos muy finamente la cebolla, y la añadimos a la olla, junto con una hoja de laurel. Rehogamos a fuego bajo hasta que la cebolla esté bien pochadita, y después añadimos el ajo picado, dejamos que se dore un poco, y añadimos los chorizos cortados en rodajas, rehogamos el conjunto unos minutos más, y después apartamos el olla del fuego para que el aceite pierda algo de temperatura y añadimos una pizca de pimentón, mezclamos bien, y luego añadimos las patatas cortadas en trozos de unos 4 ó 5 cm.

Para cortar las patatas cuando estemos a mitad del corte, hacemos presión con el cuchillo, para que la patata rompa, y así suelte todo su almidón y nos quede al final una salsa espesita.

Una vez añadidas las patatas, cubrimos con agua fría, y añadimos también una cucharadita de pulpa de pimiento choricero. Después colocamos de nuevo la olla en el fuego y dejamos hervir el conjunto, durante aproximadamente 30 minutos, a fuego medio tirando a bajo, con la tapa de la olla sin que cubra por completo, sino que quede un respiro para que salga parte del vapor, y moviendo la olla de vez en cuando, para que la salsa engorde.

Cuando las patatas estén cocidas, apagamos el fuego, y dejamos que el guiso repose durante unos 10 minutos antes de consumir.

Es un plato muy humilde, pero muy rico y muy apetecible en días fríos de invierno como los que estamos viviendo, y más apetecible todavía si lo acompañamos de un tinto Rioja, y un pan artesano.

Pues esta ha sido mi propuesta de hoy. Dentro de unos días volveré con otra nueva receta, y mientras espero pasar por las cocinas de mis compañer@s que desde Navidad he estado un poco desconectada del mundo virtual.

Gracias por estar ahí. Un beso.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Botelo con grelos y patatas


El tiempo pasa muy deprisa, y ya tenemos a la vuelta de la esquina el Carnaval (Entroido como lo llamamos aquí en Galicia)

En nuestra tierra esta época se vive muy intensamente, también en lo referente a la gastronomía, y es ahora cuando los cocidos con verduras de la huerta (generalmente grelos y en menor medida repollo) y los productos de la matanza del cerdo (lacón, orella, chorizos, botelo, androlla, etc.)  tienen más demanda.

El cocido que os traigo hoy tiene como ingrediente principal un embutido que recibe el nombre de botelo, y que es muy típico de localidades como la lucense de A Fonsagrada, y sobre todo  la orensana de O Barco de Valdeorras. En esta última celebran todos los años en el mes de enero la fiesta gastronómica del botelo, cuya finalidad es exaltar las virtudes gastronómicas del producto estrella de esta tierra,  el cual cuenta con la distinción de “Indicación Geográfica Protegida de Botelo de Galica” desde el año 2009, y cuya fiesta de exaltación ha ido creciendo en aceptación y número de visitantes desde su primera edición allá por el año 2001, lo que le ha permitido en el año 2014 ser reconocida como “Fiesta de Interés Turístico de Galicia”

Para los que sois de fuera de Galicia y no conocéis este embutido, deciros que se elabora a base de piezas troceadas del despiece del cerdo, fundamentalmente costillas, condimentadas y embutidas en el estómago del animal, que luego es ahumado y semicurado.

Y después de esta breve introducción, paso a detallaros los ingredientes que necesitáis para preparar este rico cocido con botelo. Son los siguientes:

-1 botelo de 1kg. aproximadamente
-1  trozo de carne salada de cerdo (en esta ocasión utilicé costilla)
-1 manojo grande de grelos frescos (con la cocción merman mucho) ó 1 repollo mediano
-1kg. de patatas

Preparación:

Ponemos el botelo y la carne, previamente desalada, en una olla bastante grande y alta, y cubrimos con agua hasta que falten como tres dedos para el borde. Llevamos al fuego y dejamos cocer lentamente por espacio de unas dos horas aproximadamente.

Entretanto limpiamos bien los grelos enteros (si usamos repollo, cortado en hojas) bajo el grifo del agua fría (vigilando que no se cuele ningún intruso, jeje...) y reservamos.

Aparte pelamos las patatas, las lavamos y las reservamos enteras.

Transcurridas las 2 horas, tanto la carne como el botelo ya deberían estar cocidos, de manera que los retiramos a un plato y retiramos también  parte del agua de cocción de las carnes y el embutido a una olla más  pequeña y ponemos al fuego.

En la olla grande añadimos los grelos limpios y enteros, y  encima le ponemos el botelo para que le haga peso y no suban a la superficie.

En la olla pequeña añadimos la patatas que teníamos peladas. Se añaden enteras y se deja hervir al fuego, tanto la olla de las patatas como la de los grelos hasta que estén perfectamente cocidos. En los últimos minutos de cocción comprobamos la sal tanto de la verdura como de las patatas, y después retiramos a unas fuentes, y vamos sirviendo las patatas por un lado, los grelos por otro, y  la carne junto con el botelo, previamente abierto por la mitad, por otro.

En casa nos gusta prepararle un sofrito con un par de dientes de ajo fileteados y aceite de oliva. Cuando el ajo empieza a tomar color retiramos la sartén del fuego, le añadimos  una cucharadita de pimentón dulce de calidad, removemos bien, y ese sofrito se lo echamos a la verdura y a las patatas por encima.  
En la foto apenas se aprecia el sofrito, pero tened en cuenta que no se trata de hacer un gran sofrito que le reste protagonismo a los grelos y a las patatas, sino de enriquecerlos.

En esta ocasión como me sobró caldo de la cocción del botelo y de la carne para después cocer la verdura y las patatas, ese caldo que me sobró lo puse en otra olla, la puse al fuego, y cuando comenzó a hervir le añadí unos fideos finos, y así de primero tomamos una rica sopa, que cuando hace frío sienta muy bien y sabe a gloria.

Realmente en este tipo de plato nos se desaprovecha nada, pues al día siguiente como nos sobró carne y botelo, pues solo somo tres personas en casa, piqué bien las sobras y con una bechamel hice unas deliciosas croquetas de cocido, pero esas os pondré la receta en otra ocasión.

Y poco más, espero que os haya gustado mi receta de hoy, y si tenéis la oportunidad de conseguir un botelo no dudéis en ponerla en práctica, en caso contrario si venís de visita a Galicia  en época de cocidos os aconsejo que no os vayáis sin probar esta exquisitez.

Un beso, nos vemos dentro de unos días. Mientras tanto sed felices.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Guiso de corzo con cantarellus tubaeforme


Hoy como os había dicho, os presento un plato de caza, en este caso un guiso de corzo con setas,  muy apropiado para una celebración especial. 

Resultaría ideal  como plato principal del menú de Año Nuevo o de Reyes, así que si aun no tenéis cerrado el menú de esas fechas, y contáis con la posibilidad de conseguir carne de corzo, os recomiendo que os pongáis manos a la obra, ya que es un plato que aunque resulta algo laborioso no entraña ninguna dificultad.

Este plato lo preparé ya varias veces en casa, se trata de una receta que cogí prestada hace tiempo del blog de un querido y admirado compañero, Juan Carlos Alonso de Gastronomía en Verso, y que adapté un poco a mi  gusto. 

A Juan Carlos seguro que muchos lo conocéis ya, pero en caso contrario os sugiero que le echéis un vistazo a su página, porque el suyo es un blog de referencia en el mundo de la blogosfera, sus publicaciones son absolutamente rigurosas y sus recetas son de las que cuando las pruebas en casa nunca fallan... Gracias Juan Carlos, como bien dices, cuando se comparte se gana, y en mi has ganado hace tiempo una admiradora de tus dotes culinarias, y desde que te conozco personalmente una admiradora de las cualidades que atesoras como persona, siempre dispuesto a compartir y a hacer agradable la vida de los que te rodean.

Por cierto, este plato, a decir de los que lo degustaron, está muy rico, como diría Juan Carlos “vaise do mundo”,  pero yo a pesar de que lo preparé ya en varias ocasiones, nunca lo he probado. En mi caso es oír hablar de corzos y pienso en Bambi, y no hay manera, os lo digo en serio.

Por otra parte tengo una relación de amor-odio con el mundo de la caza. Desgraciadamente muchos de los perros que acaban abandonados en nuestro país son perros de caza, todavía tengo en la retina las imágenes de la pobre Alma, la perrita de Chantada en Lugo, que murió por los tiros y los golpes que le propinó un cazador desalmado. Ayer mismo he visto en la televisión unas imágenes grabadas en Reino Unido donde un grupo de cazadores golpeaba un zorro contra el coche de una organización animalista que protestaba contra la caza de este animal... Eso sin contar las piezas de caza que los cazadores no logran cobrar y que han sido abatidas y quedan malheridas y agonizando en el monte.

En este tema es obvio que no se puede meter a todos en el mismo saco, también hay cazadores que son responsables, mi propio  padre era cazador, y jamás dejó un perro abandonado, ni lo maltrató, por eso os hablo de esa relación de amor-odio que siento por este mundo de la caza.

Recuerdo como anécdota que siendo yo pequeña, mi padre tenía una perrita de color blanco llamada Tula, y tenía una enfermedad (desconozco cual porque como os digo yo era pequeña por entonces) por lo que a veces después de llevar un tiempo en el monte, se agotaba y se desvanecía, y recuerdo que mi padre la traía a hombros para casa, igual que los pastores del Portal de Belén con las ovejas, pero él con la perra... Cómo me gustaría que mi padre viviera para poder prepararle este plato de corzo..., pero desgraciadamente eso no es posible,  así que con vuestro permiso le dedico a él la receta, y también a mi madre que está hoy de cumpleaños.

Para preparar este plato de corzo necesitáis estos ingredientes:

-3 paletillas de corzo troceadas
-1kg. de patatas
-100gr. de panceta curada
-200gr. de cantarellus tubaeforme
-200gr. de champiñones portobello
-2 puerros
-3 cebollas
-2 zanahorias
-6 tomates secos hidratados
-2 cucharadas de pulpa de pimiento choricero
-8 dientes de ajo
-Tomillo en rama
-Romero en rama
-1 manojo pequeño de perejil fresco
-1 hoja de laurel
-Sal
-Aceite de oliva virgen extra
-1 cucharada  de harina
-1 vaso de brandy
-2 vasos de caldo de carne
-500 ml. de vino tinto Mencía (en mi caso Rectoral de Amandi)

Preparación:

Empezamos troceando la carne, después la sazonamos con sal y pimienta y dejamos reposar preferiblemente en un recipiente hondo de cristal, durante al menos una hora para que tome bien la sal.

Mientras aprovechamos para pelar los ajos y los cortamos por la mitad desechando el germen central, limpiamos las cebollas y las cortamos en rodajas, a los puerros les retiramos la parte verde, sacamos la piel externa de la parte blanca, los lavamos bajo el grifo y a continuación los cortamos asimismo en rodajas. Las zanahorias las pelamos, lavamos y cortamos igualmente en rodajas. 

Después echamos todas las verduras (ajos, cebollas, puerros y zanahorias y también los tomates deshidratados troceados) sobre la carne, añadimos también el romero, el tomillo, la hoja de laurel y el manojo de perejil picado, y por último añadimos 1/2 litro de vino tinto y 1/2 vaso de brandy, removemos bien con una cuchara de madera, tapamos con film transparente y dejamos reposar fuera del frigorífico durante 24 horas, dándole la vuelta a la carne a mitad de tiempo para que toda ella quede bien impregnada.

El siguiente paso consistirá en retirar la carne del adobo, se seca con papel de cocina absorbente y se sella en una olla con aceite de oliva virgen extra a fuego fuerte. Cuando esté dorada por un lado le damos la vuelta por el otro y después añadimos una cucharada de harina de trigo, removemos todo junto un par de minutos y añadimos el otro medio vaso de brandy, subimos el fuego al máximo, y con la campana extractora apagada, flambeamos durante unos minutos hasta que se consuma todo el alcohol, y añadimos la pulpa de pimiento choricero mezclándolo todo bien.

Paralelamente en una sartén con un fondo de aceite de oliva virgen extra pochamos las verduras del marinado, después una vez completado el paso anterior las añadimos a la olla de la carne, añadimos también el líquido del adobo y dos vasos de caldo de carne o en su defecto de agua. Continuamos con la cocción del conjunto durante unas dos ó tres horas hasta que la carne esté tierna, lo cual dependerá de la edad del animal.

Finalmente cuando la carne esté llegando a su punto, cubrimos el fondo de una sartén con aceite de oliva virgen extra, doramos en él la panceta curada cortada en taquitos, pasados unos minutos añadimos dos dientes de ajo bien picados, y seguidamente añadimos los champiñones y las setas, salamos ligeramente porque la panceta ya le aporta sal, y rehogamos todo junto hasta que se consuma todo el líquido que sueltan las setas. Cuando esté listo añadimos las setas a la olla de la carne y continuamos con la cocción del conjunto unos minutos más hasta que la carne se pinche con facilidad con un tenedor, momento en el que probamos de sal y  rectificamos si fuese necesario, y dejamos reposar el quiso hasta el día siguiente, que es cuando se han asentado bien los sabores y está más rico.

Para acompañarlo, preparamos unas patatas fritas en el último momento.

Como podéis comprobar, la receta es un poco laboriosa, pero de difícil no tiene nada, así que si os gusta la carne de caza y tenéis ocasión, no dejéis de probarla.

Y esto ha sido todo por hoy. Nos vemos en breve

Hasta entonces. Feliz semana.